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Autor Tema: La hipocresí­a de Mercosur ha sido consumada...  (Leído 152 veces)

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La hipocresí­a de Mercosur ha sido consumada...
« en: Julio 04, 2012, 10:38:12 am »
Por...   Ví­ctor Pavón
 
 

Como tantas veces ha ocurrido en el mundo de la polí­tica, la hipocresí­a de los paí­ses vecinos y socios —en este caso del Mercosur— ha sido consumada.

La decisión de Argentina, Brasil y Uruguay estaba cantada de antemano. Como los tres paí­ses necesitan que Venezuela ingresen al Mercosur, ahora encontraron la escusa perfecta: un supuesto golpe de estado en Paraguay.
 
Pero volvamos a estos tres paí­ses. Argentina y Uruguay con deudas multimillonarios con el Estado venezolano, en especial con PDVSA, la petrolera estatal. Por su parte, la postura brasileña llama la atención, aunque no tanto. Brasil quiere catapultarse con el lí­der regional ante el mundo, lo que no es nada dificil dado que Argentina hace rato que ya no puede ofrecer nada de interesante para competir en el mundo global.

Brasil, por ello, necesita que Venezuela ingrese al Mercosur para hacer ingresar sus productos con arancel cero, lo que le permitirá a su comercio internacional incrementar sus ganancias y aprovecharse de paso de la baja competitividad de las empresas venezonalas que sufren el acoso de un sistema polí­tico como el chavismo que no da tregua a la iniciativa privada, a los derechos de propiedad privada y al constante hostigamiento a la libertad de prensa.
 
Aún así­ y con estos antecedentes conocidos se le permitirá a Venezuela su ingreso al Mercosur. Una verdadera hipocresí­a; pero, que no termina ahí­. La hipocresí­a que desde ahora se convalida en la región tambiíén se da con la desaparición del juicio polí­tico y del poder que tienen los Congresos de destituir a los presidentes por mala gestión. Con lo que le han hecho a Paraguay, el mensaje es claro: aguántese al peor gobierno que tengan hasta el final de su mandato, no importa si roba, si provoca corrupción o si diseña un proyecto contrario a la misma democracia constitucional —como en efecto lo estaba haciendo Lugo y su grupo.
 
En Venezuela, desde hace cinco años atrás, se mandó militarizar zonas agropecuarias con el pretexto de que sus propietarios eran latifundistas y sus tierras improductivas. No pasó mucho para que las propiedades de esforzados agricultores fueran confiscadas y pasaran al dominio del Estado venezolano, lo que es lo mismo que decir al dominio del grupo bolivariano. La "revolución" estaba en marcha y con ganas de expandirse a otras partes del continente.
 
Siguiendo con el parecido, aquí­ en Paraguay el presidente Lugo y sus simpatizantes hace tiempo que estaban embarcados a la "ola revolucionaria" proveniente de Caracas. No paso mucho para que se hiciera lo mismo que el dictador Chávez.

Para ser parecidos a Chávez se puso en vigencia la Ley de seguridad fronteriza. Y lo hicieron con el decreto 7525. Aquí­ en Paraguay las propiedades afectadas tienen diferente caracterí­stica, aunque el objetivo es el mismo. La mayorí­a de las propiedades invadidas son pequeñas, otras de mediana extensión y altamente productivas. Pero como son admiradores de la revolución cubana y de la bolivariana, tení­an que ser iguales a Fidel y a Chávez. Dejaron de lado a los tribunales, a la Constitución y al Código Civil que legisla sobre la propiedad y tiene rango de ley.

En vez de promover el acceso a la tierra mediante la ley para mantener la paz e incrementar el capital para ir creando puestos de trabajo en el campo, se decidieron por el enfrentamiento para crear un ambiente hostil espantando la inversión y generando desempleo. Sobre estos efectos negativos directos ni siquiera se tomaron el tiempo de analizar.

El juicio polí­tico al ex presidente Lugo no tuvo reparos polí­ticos ni jurí­dicos. La Constitución en su artí­culo 225 menciona como causales el mal desempeño en las funciones. Igualmente el presidente cometió el delito de omisión de auxilio en su deber inexcusable de precautelar el orden público, a sabiendas del daño causado a las personas, sus familias y bienes. Además la cuestión de fondo no es solo jurí­dica sino tambiíén polí­tica, pero en el sentido correcto que le da la propia Constitución Nacional. De ahí­ que se equivocan aquellos que creen que el juicio polí­tico resultó irregular por falta de sustentación legal.

La naturaleza jurí­dica del juicio polí­tico es diferente al instaurado en sede judicial. Esto no significa que en el juicio polí­tico no tenga el derecho a las garantí­as de ser oí­do y probar sus defensas. Pero en el juicio polí­tico no hay juez imparcial ni autónomo y tampoco existe posibilidad alguna de recusación a los congresistas en caso que la parte acusada considere la posibilidad de una manifiesta parcialidad.

La hipocresí­a ha sido consumada, Pero el Paraguay ha sido fortalecido. De hecho, personalmente estoy sumamente complacido de salir de un Mercosur que lo único que hizo fue causarnos graves perjuicios a nuestra economí­a.

Más importante aún, los paraguayos demostramos al mundo que tenemos dignidad y sabemos defender nuestra historia, la misma por la que nuestros antepasados se inmolaron en memorables batallas, sea en la Guerra contra la Triple Alianza y en el Chaco: defendimos y seguiremos defendiendo el respeto a la autodeterminación del los pueblos, la soberaní­a y el noble concepto de independencia en el marco de nuestra Constitución.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...