Por... Gabriel Rubio
Madrid -- Los mercados siguen acorralando a España, cuyo riesgo país superó este viernes los 600 puntos básicos, a niveles de rescate global, tras el anuncio de que Valencia pidió ayuda financiera al Estado, mientras sigue el descontento en las calles.
El gobierno regional valenciano acordó su adhesión al “nuevo mecanismo de financiación creado†por el gobierno español la pasada semana por un monto máximo de 18,000 millones de euros para ayudar a sus regiones y aunque, no detalló el monto exacto que pedirá, el anuncio ha bastado para sembrar el pánico en el mercado.
La prima de riesgo (sobrecoste que paga por financiarse a diez años respecto a Alemania) subió inmediatamente hasta superar los 610 puntos básicos y el interíés del bono español a diez años se situó por encima del 7%, un nivel que los expertos consideran insostenible en el tiempo, señal de la desconfianza de los inversores en las regiones, a las que consideran el eslabón díébil de la economía española.
El anuncio valenciano fue la gota que colmó el vaso despuíés que poco antes el gobierno español anunciara que la recesión que vive el país desde el primer trimestre seguirá en el 2013 y que el desempleo acabará el 2012 en niveles más altos de lo previsto.
El paro afectará a finales del 2012 al 24.6% de la población activa, frente al 24.3% esperado incialmente, para reducirse en el 2013 al 24.3% y caer al 23.3% en el 2014, según las nuevas previsiones macroeconómicas presentadas por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Además, el PIB se contraerá en el 2013 un 0.5% echando por tierra una previsión anterior del gobierno que anunciaba una ligera reactivación del 0.2%.
De nada sirvió frente a esta acumulación de malas noticias, la luz verde final dada este viernes por el Eurogrupo a la ayuda a la banca española, de un máximo de 100,000 millones de euros.
“Creo que las malas noticias económicas y financieras que llegan de España están desanimando a los inversores de comprar deuda de ese paísâ€, según el analista Raj Badiani de IHS Global Insight.
“Se está creando la sensación de que el gobierno español se está quedando sin margen de maniobra para adoptar más medidas que permitan reducir el interíés de la deuda a niveles más sosteniblesâ€, añadió Badiani.
Y es que la última batería de medidas de austeridad aprobadas el jueves en el Parlamento, que incluyen el aumento del IVA, la supresión de la paga extra de Navidad a los funcionarios y la reducción de la prestación para nuevos desempleados a partir del sexto mes, con el fin de ahorrar 65.000 millones de euros hasta finales de 2014, no han servido para tranquilizar a los mercados.
“El paquete de ajuste planteado por el Gobierno debía haberse concentrado al 100% en una reducción del gasto, y no en subir los ingresos a travíés de una mayor presión fiscalâ€, que puede limitar el potencial de crecimiento de la economía, considera Daniel Pingarrón, analista de IG Markets.
Sin embargo, Montoro advertía el jueves que “no hay dinero en las arcas públicas para pagar servicios públicosâ€, mientras que el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, aseguraba que su ejecutivo “desgraciadamente, no puede decidir entre un bien y un mal, tiene que decidir entre un mal y un mal peorâ€.
Si las medidas no parecen haber convencido a los mercados, mucho menos a los españoles, que el jueves se echaron masivamente a la calle varias ciudades españolas convocados por los sindicatos para protestar por los recortes.
“No podemos hacer otra cosa que salir a la calle. He perdido entre el 10 y el 15% del sueldo en los últimos cuatro añosâ€, decía Sara Alvera, una funcionaria de 51 años, que trabaja en el Tribunal de Cuentas español, en la manifestación de Madrid, que terminó con algunos incidentes y siete detenidos.
Las movilizaciones se han convertido en cotidianas desde que los funcionarias han decidido salir a la calle a mediodía todos los días para protestar y los sindicatos, que han solicitado un referíéndum sobre las medidas, no descartan una nueva huelga general en otoño.