Resulta que no solo hay diputados rasos que cobran la ayuda de 1.823 euros mensuales para afrontar gastos de alojamiento y manutención pese a vivir en Madrid. Hasta cuatro de los 13 ministros del Gobierno de Rajoy, incluida la vicepresidenta primera, forman parte del 'timo de las dietas' que denuncia UPyD. Los casos más curiosos los protagonizan el presidente del Gobierno y el Ministro de Justicia.
En el caso de Mariano Rajoy, cobra la dieta a pesar de que es público que reside con su familia en el palacio de La Moncloa. Un privilegio reservado a los presidentes del Gobierno que incluye todos los gastos derivados —comida, luz, agua, mantenimiento…-. Vamos, que sus dietas se las ahorra enteritas.
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El otro caso curioso es que uno de los ministros que tambiíén percibe ese extra a final de mes es Alberto Ruiz-Gallardón, quien, por motivos obvios, tambiíén posee una residencia en la capital. La misma que ha ocupado durante su etapa de exalcalde de Madrid. Sin embargo, este detalle no le hace renunciar a las dietas, y eso que se ha mostrado a favor de reducir gastos.
Los otros cuatro parlamentarios madrileños del Gobierno -Sáenz de Santamaría, Arias Cañete, Ruiz-Gallardón y Mato- tienen piso en la capital. La vicepresidenta, por ejemplo, posee un apartamento y comparte con su marido la propiedad de una vivienda. El resto de los ministros-diputados, que se presentaron a las elecciones en otras provincias, tambiíén tienen su residencia en Madrid, pese a lo cual cobran 1.823,86 euros mensuales en ayudas para alojamiento y manutención. Según ha desvelado El Confidencial, ninguno de ellos cobra el sueldo de parlamentario -la ley les prohíbe percibir dos retribuciones públicas-, pero sí las dietas que no tienen carácter salarial y están exentas de tributación.
Unas dietas que se suman a sus sueldos. En el caso del presidente del Gobierno, 72.600,36 euros anuales; la vicepresidenta, 68.268,50; y los ministros, 64.053,79 euros. Sueldos que, de momento, no han sido recortados ni por vía directa —como el de los funcionarios en el Congreso de los Diputados- ni por voluntad propia —como los del Rey y el Príncipe-.