Por... Alfonso Chardy
Gabriel Settembrini, que compra mercancía en China para exportarla a Amíérica del Sur, dice que en meses recientes sus clientes argentinos han experimentado dificultades en conseguir dólares para pagarle.
“Estamos paralizados en muchos casosâ€, dijo Settembrini, entrevistado mientras desayunaba el viernes en Buenos Aires Bakery, popular cafíé en el corazón del Pequeño Buenos Aires en Miami Beach, cerca de la esquina de Collins Avenue y la calle 72.
Marcelo Barco, argentino que vive en el Condado Broward, dice que ha tenido problemas en transferir a Estados Unidos ingresos por concepto de alquiler de propiedades que tiene en Buenos Aires.
“Antes me depositaban la plata allá, en la Argentina, y yo aquí la retiraba del bancoâ€, dijo. “Pero en estos últimos tiempos ha sido muy difícil hacer esas transacciones. La única forma ahora es que yo vaya a Buenos Aires a retirar la plataâ€.
Los casos de Settembrini y Barco son ejemplos del impacto local que han tenido recientes medidas del gobierno argentino para restringir el cambio de pesos a dólares.
Funcionarios del gobierno argentino dicen que las restricciones cambiarias, impuestas gradualmente a travíés de una serie de decretos desde octubre del 2011, están encaminadas a evitar la fuga de capital, la evasión de impuestos y el lavado de dinero.
Pero para muchos argentinos que viven en el sur de la Florida, las restricciones se han convertido en un dolor de cabeza porque dependen de ingresos o remesas de su país para realizar transacciones aquí tales como compra de inmuebles, depósitos en cuentas bancarias locales o pagos de deudas y contratos.
“Es un desastreâ€, dijo Felipe Yalale, otro argentino que vive en Broward.
Joe Hernández, miembro del bufete de abogados de Coral Gables Weiss Serota Helfman Pastoriza Cole & Boniske recientemente escribió un largo artículo en un blog de la firma advirtiendo a clientes sobre la posibilidad de que algunos argentinos no pudiesen pagar ciertas transacciones debido a las restricciones.
Entre las posibilidades citadas por Hernández a El Nuevo Herald estaba el caso hipotíético de que agentes de bienes raíces locales no pudieran concretar ventas de inmuebles en Miami Beach o Key Biscayne porque clientes argentinos no pueden retirar fondos en dólares de cuentas en Buenos Aires.
“Uno de esos inmuebles cuesta en promedio unos $500,000 y para una venta se necesita por lo menos un depósito del 20 por ciento, y en estos momentos para un argentino que desee comprar esa propiedad sería difícil reunir esa cantidad en dólaresâ€, dijo Hernández.
Antes de las restricciones, los argentinos en su país podían comprar, retirar o transferir dólares al exterior sin cortapisas. Pero desde el año pasado, la libertad cambiaria empezó a ser restringida.
Para obtener dólares hoy día, los argentinos deben solicitar permiso al gobierno a travíés de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), explicando el origen del dinero y mostrando que están al corriente en el pago de impuestos.
El motivo oficial es el de prevenir el lavado de dinero proveniente del narcotráfico y la evasión de impuestos. Pero un funcionario argentino que pidió no ser identificado porque no tenía autorización para hablar del tema dijo que la verdadera razón es prevenir la fuga de capitales.
“El gobierno necesita dólares para pagar la deuda externa que debe ser pagada en dólares, y se han ido miles de millones de dólares al exterior y no podemos quedarnos sin dólares’’, dijo el funcionario.
La deuda externa de Argentina se estima en más de $130,000 millones.
Aunque algunos argentinos aquí se quejan de las dificultades cambiarias, otros aprueban las restricciones o no se sienten afectados.
“Hace 13 años que vivo aquí y tengo mi plata acáâ€, dijo Fabian Laschera, dueño de una empresa en Miami Beach de limpieza de restaurantes.
Por su parte, Fabio Larocca, que vive en Nueva York pero está de visita en Miami, dijo que entendía por quíé el gobierno argentino había impuesto las restricciones.
“Hay gente que ha estado sacando grandes cantidades de plataâ€, dijo Larocca. “Ese es el problemaâ€.