Nuevo traspiíés en el mundo corporativo patrio. El anuncio histórico realizado ayer miíércoles por Telefónica, en el que comunicó al mercado la cancelación del pago de dividendo con cargo al ejercicio 2012, tiene consecuencias directas sobre la cuenta de resultado de CaixaBank y BBVA. Gracias a sus participaciones del 5,4% y del 6,2%, respectivamente (cierre de 2011), ambos accionistas de la operadora, además de formar el núcleo duro que garantiza la españolidad de la compañía presidida por Cíésar Alierta, recibieron en forma de dividendo el pago de un total de 377 y 443 millones de euros cada uno.
El peor parado por esta decisión es CaixaBank, el banco controlado por La Caixa con un 81,5% del capital. La caja de ahorros catalana separó su poderosa cartera industrial de participadas entre la nueva sociedad cotizada, donde tiene su negocio de banca minorista, sus participaciones en bancos internacionales y sus posiciones en Telefónica y Repsol, y el holding industrial Criteria, la cartera estratíégica donde gestiona las participaciones no financieras de Gas Natural-Fenosa, Abertis, Agbar, Port Aventura y Servihabitat.
La aportación de Telefónica y Repsol (por dividendos y por puesta en equivalencia de resultados) supone una considerable dosis de oxígeno a las cuentas de CaixaBank. En el ejercicio de 2011, esta partida ascendió a 913 millones, de los que la operadora aporta un 41%. Precisamente, durante ese ejercicio, CaixaBank aumentó su participación un 0,33%. Por el lado comprador, efectuó inversiones por 375 millones de euros para la compra de un 0,52% y contrató derivados para la cobertura del valor para un 0,5% de su participación, mientras que vendió un 0,69% con plusvalías de 98 millones.
En un ejercicio tan extraordinario como el de 2011, en el que CaixaBank afrontó dotaciones por valor de 2.400 millones de euros para sanear su cartera crediticia, el presidente Isidro Fainíé hizo una mención especial sobre "la elevada capacidad de generación recurrente de resultados de la cartera (participadas) y la diversificación de CaixaBank en el ámbito bancario internacional y de servicios". Esa recurrencia, sin embargo, quedará suspendida este año tras la decisión de Telefónica, que aprobó en el consejo de administración de ayer decidió congelar el pago del dividendo.
BBVA es el otro accionista de referencia de Telefónica al que afecta seriamente la cancelación del dividendo. La entidad entró en el capital de la compañía a mediados de los 90 con motivo de su proceso de privatización y mantiene desde entonces su posición de referencia, aunque hace años que pasó a considerar su posición en la operadora como un activo financiero disponible para la venta. Según las cuentas de 2011, el rendimiento de los instrumentos de capital obtenidos por el banco fue de 562 millones de euros, de los que 443 millones corresponden al devengo por su porcentaje del 6,2%.
En menor medida que para La Caixa, los dividendos obtenidos por BBVA de actividades o negocios ajenos al negocio bancario se limitan a su participación en Telefónica, que figura como “principal componente†de esta partida de la cuenta de píérdidas y ganancias de la entidad. Dado su peso accionarial, el banco presidido por Francisco González cuenta con dos puestos en el consejo de administración, una vicepresidencia (Josíé María Abril) y un consejero (Ignacio Moreno), el mismo poder que detenta CaixaBank, con otra vicepresidencia (Isidre Fainíé) y otro consejero (Antonio Massanell).
El resto de inversores de referencia de Telefónica son algunos de las principales gestoras de fondos internacionales, como es el caso del gigante BlackRock, con algo menos de un 4%, o de otros históricos como Capital Research o Fidelity, que están con posiciones por debajo del 3%. En el ámbito institucional, otras entidades financieras internacionales, con gran presencia en los mercados de capitales, como Societe Generale, Barclays o BNP Paribas, tambiíén tienen participaciones significativas por cuenta de los partícipes de sus fondos. Para todos ellos, el dividendo deja de contar para 2012.