La empresa G4S, cuyo fracaso logístico obligó a las autoridades a movilizar de urgencia soldados suplementarios para garantizar la seguridad de los Juegos de Londres-2012, decidió el lunes girar 2,5 millones de libras (3,1 millones de euros) a las fuerzas armadas para olvidar su fiasco.
La compañía había anunciado poco antes de los Juegos que no estaba en condiciones de juntar la totalidad de 10.400 agentes de seguridad privados previstos en su contrato.
El Estado británico, entonces, tuvo que intervenir una primera vez, el 12 de julio, con la movilización de 3.500 soldados suplementarios. Luego desplegó 1.200 más, algunos días antes de la ceremonia de apertura de los Juegos, el 27 de julio.
El aporte de G4S constituye "en cierta medida un reconocimiento por los inconvenientes y carga suplementaria" impuesta al ejercito, subrayó el ministro de Defensa británico, Philip Hammond.
Ese dinero serivrá para financiar diversos equipamientos como instalaciones deportivas y asociaciones que apoyan a militares que participan en los Juegos, como el capitán Heather Stanning y el teniente Pete Reed, medallas de oro en remo.
El gobierno británico había previsto un dispositivo de seguridad excepcional para los Juegos Olímpicos, con el despliegue de 40.000 hombres, entre ellos 18.000 militares.