El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se lanza a la carrera en busca de aliados para la petrolera expropiada. Crece el nerviosismo ante la presentación de un nuevo plan estratíégico del grupo.
Crece la tensión en torno a YPF, la filial argentina de Repsol expropiada en abril. Tras una primera oleada de pleitos lanzada por Repsol contra la expropiación, Argentina ha emprendido una carrera para buscar socios alternativos para YPF, y ha sondeado a gigantes petroleros norteamericanos como Exxon y Chevron, al chino Sinopec, y a las grandes fortunas locales, como los Bulgheroni y la familia Eurnekian.
Durante estos días, las quinielas sobre posibles candidatos se suceden. Ocurre justo antes de que la nueva YPF, con Miguel Galuccio como primer ejecutivo, presente el nuevo plan estratíégico de la compañía tras sus primeros cien días de mandato.
Algunas fuentes apuntan a que el deseo de Galuccio es intentar presentar ante la comunidad internacional el nuevo plan –previsto para finales de esta semana– en paralelo al anuncio de uno o varios grandes acuerdos con gigantes internacionales.