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El Zorro y el Dios del Bosque

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Zorro:
                                                                           

El Zorro y el Dios del Bosque                                                                           


La primavera es la estación más esperada en el Bosque, la metereologí­a comienza a suavizarse, y los habitantes comienzan a controlar un poco sus vidas y a no estar a expensas de las inclemencias atmosfíéricas.

El Zorro, era uno de los muchos habitantes a los que el cambio de estación les reactivaba la vida. Salí­a continuamente de su madriguera. Corrí­a de aquí­ para allá. Cazaba, provisionaba despuíés de varios meses con escaso alimento. En una de sus correrí­as observó un fuego en lo alto de la montaña, y temió por el ecosistema. Pero al comprobar en las jornadas siguientes que nada malo sucedí­a, y que el fuego seguí­a luciendo intacto. Decidió acercarse e investigar. Y allí­ se fue, subió la montaña y se acercó al incombustible fuego. Pronto comprobó que más que un fuego, era una intensí­sima y cegadora luz. Experimentó cierto miedo, pero su curiosidad y su alma de aventurero, pudieron con todos los temores que su mente fabricaba a gran velocidad.

- Hola!, ¿hay alguien?-  preguntaba con voz temblorosa.
- Acíércate Zorro!.
- ¿Quiíén, o que eres?
- Soy el Dios del Bosque.
- Así­ que es verdad. Existes. Creí­ que eran viejos cuentos del Bosque.
- Eres como Tomás el apóstol, no crees si no ves. ¿Crees ahora?.
- Si. ¿Por quíé tienes apariencia de fuego?
- El Señor, tu Dios es pura energí­a, el fuego es una manifestación destructiva y temporal, yo soy la energí­a pura y eterna, la fuente inagotable.
 - Descálzate Zorro estas en tierra sagrada”, el Zorro se miró las patas y comprobó que no llevaba nada en ellas.
 - Vaya, ¡me has engañado!, esto se lo decí­as a Charlton Heston en la pelí­cula “Los Diez Mandamientos”.Por cierto ¿por quíé lo mandabas descalzar?.
- Para que no contaminara, ten en cuenta que mi inmensa energí­a purifica el lugar en el que me manifiesto, y cualquier impureza lo  puede transformar.
- ¿Viste la pelí­cula de Cecil B. DeMille?.
- Si, la vi, ¿ocurrió todo como cuenta la pelí­cula?
- No, ni mucho menos, pero no esta mal.
- En este momento estamos como cuando Moisíés bajó del monte con las tablas de los Diez Mandamientos. La gente sigue adorando al becerro de oro, se entrega a todo tipo de orgí­as y cada vez se aleja más de ti. ¿No podrí­as hacer algo?.
- No Zorro, no, he creado al hombre con libre albedrí­o, y si íél decide alejarse de su creador, es su problema.
- Pero debes tener en cuenta que el Diablo está tambiíén en todas partes, fichando a los más díébiles e ignorantes para su causa.
- Lucifer, el maligno, siempre está acechando, y últimamente son muchos sus adoradores, actualmente varios de los partidos polí­ticos que gobiernan en Europa, son adoradores del ángel caí­do. Pero los ignorantes ciudadanos no sólo no se percatan, sino que reaccionan violentamente a las criticas de los que les quieren abrir los ojos.
- ¡Si!, ¡los polí­ticos están metidos en eso!. ¿Entonces a quiíén debemos votar Señor?
- No es labor de tu Dios decidir por ti, cada uno, según va avanzando en su grado de conciencia, votará a quiíén deba votar.
- Entonces, según eso, nunca nos equivocamos.
- De alguna forma así­ es Zorro, por eso siempre perdono a mis hijos, cuando practican el mal por ignorancia. Y los castigo si el mal fluye de vosotros voluntariamente.

- Aprovechando este encuentro, confieso Señor que invierto en Bolsa, ¿es pecado?.
-¿Inviertes en Bolsa Zorro?”-
- Si.
- ¿Y ganas?-
-  La mayorí­a de las veces Dios del Bosque, pero me fastidia mucho no poder escaquear nada a Hacienda.
-  Ja,ja,ja. Los Sacerdotes, los Escribas, los Fariseos, siglos y siglos engañando, explotando, y dominando a los pueblos, y estos siguen adorándolos. En verdad te digo, que a veces me parece mentira que seáis hijos mí­os.
- No, no es pecado, el que progreses y busques multiplicar el dinero por míétodos en los que no perjudiques a nadie, está por mi bendecido. El Señor, tu Dios, sólo quiere que sus hijos recorran el camino que los debe llevar hasta íél.  El camino de la perfección, incluye no solo a la moral, la purificación del Alma no se alcanza con ser una buena persona, lo humano tiene que trasmutarse en Divino en todos los ordenes. El dinero es, de alguna forma, energí­a, poder. Y siempre que se utilice para el bien, por mi será bendecido.
Todas las criaturas de la creación, tienen como misión buscar la perfección para ser como Dios. La mayorí­a lo olvida, y se reencarna una y otra vez, consumiendo innumerables y tristes vidas.  El camino es arduo y pocos llegan a mi. Recuerda las palabras de mi hijo Jesús: “Muchos serán los llamados, pero pocos los elegidos”.

- Podrí­a el Señor mi Dios, pasarme algún chivatazo, con el que cerrar un buen año de Bolsa.
- Ja,ja,ja. Zorro, eres tan astuto como oportunista e interesado. Aunque síé que tienes un buen corazón. Los seres de la creación queríéis ser independientes, y luego acudí­s al Dios del Bosque. El libre albedrí­o es para que elijáis de forma independiente, os doy más libertad que vuestros polí­ticos, y vosotros los preferí­s           a ellos. Como Dios, observo y lloro vuestras equivocaciones, pero síé que el único camino, es el que está marcado. Así­ ha sido siempre, y así­ seguirá siendo.
- Pero Dios del Bosque, aunque sea una pequeña pista. ¿Van a triplicar las Natraceutical?. ¿Duplicarán las Ercros?.¿Existe algún valor con el que dar el campanazo?
- Sigue tu intuición Zorro, ella siempre te lleva por el mejor camino, son los impulsos los que te hacen perder. Más Alma y menos corazón Zorro.
- ¡Vaya!, ¡si que me conoces!, seguiríé tus consejos.
- ¿Quíé existe detrás de esta energí­a?. ¿Quiíén vive ahí­?. ¿Teníéis un buen nivel de vida?
- Tu curiosidad no tiene limite Zorro. Esta, simplemente es una puerta de energí­a a otra dimensión, llamada Cielo. En íél, sólo están los elegidos por Dios, y los que eligieron  voluntariamente estar con íél Creador. Allí­ tenemos un nivel de vida mucho más alto que el de Suecia u otros paí­ses ricos, es el no va más. El paraí­so de los paraí­sos”.
- ¿Teníéis reserva para Polanco?
- ¿Acaso ha fallecido?
- No, por mi que dure muchos años. Es por saber que tipo de clientela teníéis.
- Ja, ja, ja,  astuto Zorro, en verdad te digo que el Señor tu Dios, no impide a nadie llegar a sus dominios, pero íése, ha elegido climas más cálidos.
- Entendido Dios del bosque, entendido.
- Bueno Zorro, mi energí­a ya ha purificado este Bosque, ha sido un placer saludarte. Pero el trabajo de Dios es inacabable y tendríé que ir a purificar otras zonas del Universo. No te apartes del camino, y espero volver a verte pronto”.
- Hasta otro momento pues, mi Señor.

El Zorro dejó al Dios del Bosque, y se fue pensando en tan singular encuentro.

- Este Dios es un poco raro, me deja hacer lo que yo quiera, no me pasa ningún chivatazo, no me ayuda a subir las Natraceutical, ni las Ercros, no puede hacer nada para evitar que la estupidez siga avanzando en el mundo, no síé, no síé... ¡Menos mal que lo de la Bolsa no es pecado!

Reservados todos los derechos.
                                 

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