â– Pensiones, paro, peajes, autonomías, sanidad... posibles nuevos recortes
Los ojos de toda Europa están hoy puestos en el almuerzo que mantienen en el Palacio de la Moncloa la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
Sobre la mesa, además de suculentas especialidades gastronómicas, habrá a buen seguro otros platos de peor gusto, ya que la visita de la canciller a Madrid servirá para trazar a Rajoy la senda de los ajustes que la UE le exigirá a España, así como las condiciones de un rescate que en los últimos días es cada vez menos hipotíético y más inminente.
Tras las declaraciones del lunes del ministro de Economía, Luis de Guindos, admitiendo que el Ejecutivo "no descarta" pedir al fondo de rescate que compre deuda soberana, pero que antes "hay que saber las condiciones", esa opción se da ya por segura hasta en las filas del Partido Popular.
En ese sentido, no es casual que la visita de Merkel a Madrid se produzca el mismo día que se reúne el consejo de gobierno del BCE, donde su presidente, Mario Draghi, anunciará -con un alto grado de probabilidad- la disposición de la entidad a intervenir directamente en el mercado de bonos para aliviar la presión sobre la prima de riesgo de España e Italia.
Cumbre hispano-alemana
La llegada de Angela Merkel a España se enmarca dentro del ámbito de una cumbre empresarial hispano-alemana, que hoy abre el ministro De Guindos.
No obstante, fuentes gubernamentales dan por seguro que en la cita entre la canciller germana y el presidente español se abordarán los posibles escenarios de un rescate a España, los tíérminos de la ayuda y las contrapartidas que Rajoy tendría que aceptar. En este sentido, ayer se oyó alto y claro el mensaje lanzado desde Bruselas por el presidente de la Comisión Europea, Josíé Manuel Durao Barroso: el BCE rescatará a España e Italia si abandonan las políticas "irresponsables".
Y todo ello, mientras el Gobierno de Merkel y toda Europa aguardan la decisión que tomará el día 12 el Tribunal Constitucional alemán sobre la legalidad del Mecanismo de Estabilidad Permanente (MEDE), que debe recapitalizar a las entidades financieras de la eurozona.
Mayor rigor y nuevos ajustes
Aunque todos los analistas descartan una intervención convencional -por el tamaño y peso de España y porque no hay fondos para cubrir las contingencias española y, previsiblemente, italiana-, fuentes comunitarias deslizaron hace semanas que, si España pide el rescate, la línea dura del BCE y, sobre todo, la Alemania de Merkel, impondrán un fíérreo control sobre la ejecución de las reformas y recortes.
Una supervisión tan estricta que, según las mismas fuentes, supondrá que Bruselas monitorizará al país para controlar que ejecuta, sin desviaciones ni concesiones, el programa integral de medidas ya prometido -y lo que falta por prometer- a los socios de la Eurozona.
¿Y cuáles son las medidas extra que puede exigir la UE para contentar a la línea más dura? Para empezar, que España cumpla escrupulosamente los recortes y medidas anunciados, además de endurecer la legislación laboral; avanzar en el copago sanitario y en la exclusión de determinados tratamientos de la Seguridad Social; implantar peajes en autovías ahora gratuitas; retoques de las pensiones y prestaciones por desempleo; mayor disciplina autonómica y un eventual cambio de los conciertos económicos vasco y navarro.
