El fin de laslimitaciones a la remuneración de los depósitos debería abrir las puertas a rentabilidades más altas. Pero las ayudas de Europa y el saneamiento de la banca harán más prescindible el ahorro minorista.
¿Es el momento de contratar un depósito bancario o conviene esperar a un posible incremento en la rentabilidad del ahorro?
El fin de la penalización que desde junio de 2011 afectaba a las entidades que comercializaban superdepósitos podría convertirse en la antesala de una nueva etapa, en la que la remuneración del ahorro, ya sin cortapisas, se anime.
Sin embargo, si la hoja de ruta trazada por Europa se cumple, los mercados de capitales deberían normalizarse en el corto plazo. Sería una consecuencia lógica del saneamiento de la banca, despuíés de recibir fondos comunitarios y segregar los activos tóxicos en un banco malo.
En este próximo y deseable escenario, las entidades se financiarían de nuevo a un coste razonable y la necesidad de ahorro minorista cedería. Es decir, la batalla por el pasivo pasaría a la historia. O, al menos, se relajaría.
Hasta aquí la teoría. En la práctica, el resultado está por concretarse.
Ofertas potentes
De momento, Popular, una de las entidades más agresivas en la captación de recursos durante la crisis, ha reestrenado en septiembre la campaña del Depósito Gasol. La entidad ofrece este mes una rentabilidad del 4,25% TAE (Tasa Anual Equivalente) para el plazo de año, y del 4% para seis meses. Bajo el eslogan, Ven y haz crecer tus ahorros, trata de atraer patrimonio procedente de la competencia, ya que la oferta sólo está disponible para dinero nuevo. Por su parte, la oficina online del Grupo, Oficinadirecta.com, ha lanzado recientemente un depósito al 4,50% para seis meses.
La renovada campaña de Popular llegó apenas unos días despuíés de que Banco Espirito Santo lanzase una imposición a un año al 4,60%. El tipo de interíés supera la propuesta de la entidad presidida por íngel Ron, pero exige una inversión mínima de 50.000 euros, frente a los 300 euros que exige el banco español. Para 6 meses, el portuguíés ofrece un 4,30%.
En cualquier caso, tras un agosto relativamente calmo y a la espera de que publiquen los test de estríés, la percepción de la banca es que la guerra por atraer recursos está en stand-by.
Independientemente de que estas ofertas agresivas puedan proliferar o extinguirse en los próximos meses, la derogación, el 31 de agosto, de la penalización en las aportaciones al FGD devolverá la hegemonía al depósito.
Productos de deuda como los pagaríés, en auge desde noviembre del año pasado e intensamente comercializados por la banca (les suponen un coste menor que los depósitos), perderán tirón. Ello redundará en más seguridad para el particular. Y es que, tal y como explicó esta semana el Banco de España, “el objetivo de la eliminación de las penalizaciones a los depósitos es, exclusivamente, eliminar la distorsión que pudiera estar sesgando la oferta de productos bancarios hacia instrumentos como pagaríés, que ofrecen menor protecciónâ€.
Más seguridad
En en este sentido, cabe recordar que las imposiciones a plazo fijo están garantizadas por el Estado, a travíés del FGD, hasta 100.000 euros por cliente y entidad. Por el contrario, los títulos de deuda cuentan sólo el respaldo de la solvencia del emisor. En 2012, más de 18.000 millones han salido de los depósitos. Parte del importe habría sido traspasado a pagaríés y parte correspondería a vencimientos o cancelaciones ante la necesidad de liquidez de las familias.
PREVISIONES
El entorno de tipos de interíés bajos y en consecuencia, el estrechamiento del margen de interíés no hace prever que se vuelva a producir una nueva guerra del pasivo, explica Sergio Muñoz, responsable de desarrollo de negocio de banca minorista de Barclays Iberia.
Según el experto, algunas entidades podrán lanzar de forma puntual ofertas agresivas, pero no de forma sostenible en el tiempo.
“Lógicamente, la eliminación de la aportación extra al Fondo de Garantía de Depósitos se puede traducir en una mejora puntual de las ofertas comerciales en el caso de algunas entidades, aunque tambiíén factores como la situación de liquidez de cada entidad y la evolución de los tipos de interíés determinarán la estrategia comercial que siga cada entidadâ€, añade.
La penalización a los superdepósitos que reguló la conocida como Ley Salgado no logró frenar la batalla por el pasivo, encareció los costes de financiación de la banca (tenía que pagar más al FGD por captar ahorro a plazo) y fomentó la comercialización de productos con más riesgo.
Ahorro para la banca
Hasta hace unos días, si una entidad hubiera captado 100 millones en un depósito a 12 meses en el que el tipo de interíés fuera superior al límite fijado por el Banco de España para ese plazo, tendría que haber hecho una aportación al Fondo de Garantía de Depósitos de 1 millón de euros, es decir, el 1% del dinero captado. Con la eliminación de la aportación extraordinaria, la aportación que tendrá que hacer la entidad por estos 100 millones de euros será de 200.000 euros, es decir, un 0,2% del dinero captado; por lo tanto, el ahorro que supone esta medida para la entidad es de 800.000 euros en un plazo de 1 año.
CLAVES
Productos
Popular y Banco Espirito Santo ofrecen los depósitos más atractivos del momento, aunque el portuguíés exige una inversión mínima de 50.000 euros, frente a los 300 de Popular.
Seguridad
Los depósitos están garantizados por el Estado a travíés del Fondo de Garantía de Depósitos, que respalda hasta 100.000 euros por titular y entidad. Los pagaríés no cuentan con esta garantía.
Tipos de interíés
El Gobierno ha derogado la norma que penaliza a las entidades que daban superdepósitos obligándoles a aportar más capital al FGD. Se da más libertad a la banca para ofrecer rentabilidades jugosas, pero las necesidades de liquidez marcarán la tendencia.
Respaldo institucional
La banca ha celebrado el nuevo marco legal que les da libertad para remunerar el ahorro sin penalizaciones. Unacc señala que el anterior decreto no sólo no consiguió frenar la guerra del pasivo, sino que fomentó la venta de productos complejos.