La troika ha rechazado parte del plan de medidas de ahorro presentado hoy por el gobierno griego lo que ha abierto la división entre los socios que componen la coalición que dirige el conservador Andonis Samarás.
El Ejecutivo heleno debe presentar un programa de ajuste por valor de al menos 11.600 millones de euros aplicable en los dos próximos años.
Además, la troika que forman la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), debe dar su visto bueno para que los socios comunitarios accedan a desembolsar el siguiente tramo, de 31.500 millones de euros, del plan de rescate acordado la pasada primavera.
Los jefes de misión de la troika, que llegaron el viernes a Atenas, se reunieron hoy con el ministro de Finanzas griego, Yannis Sturnaras, para examinar el boceto del plan de recortes.
A la salida del encuentro, el representante del FMI, Poul Thomsen, aseguró que la reunión fue "buena", pero más tarde se supo que la troika había presentado objeciones al plan de ahorro.
"La troika no acepta todas las propuestas del equipo económico del gobierno", explicó a los medios Evangelos Venizelos, líder del partido socialdemócrata Pasok y uno de los socios de la coalición. El "quid" de la cuestión es que los socios menores de la coalición -el Pasok y el centroizquierdista Dimar- se oponen a reducir los salarios públicos y las pensiones más bajos, como lo exige la troika.
Por eso, habían presentado una serie de medidas alternativas que han sido rechazadas por los representantes de los prestamistas internacionales. En la reunión posterior entre Samarás, Venizelos y Fotis Kuvelis, el líder de Dimar, no se logró poner el sello final al plan de medidas de ahorro que deberá ser presentado al Parlamento en las próximas semanas.
"No hemos terminado aún las medidas. Nosotros exigimos que las medidas no sean injustas, que no se ceben sólo en los más pobres y que sean acompañadas de medidas que impulsen el desarrollo", explicó Kuvelis al fin de la reunión.
El político centroizquierdista tambiíén avisó a Samarás de que el apoyo de su formación al gobierno "no es sin condiciones" y a los socios europeos y la troika advirtió de que "deben entender que la sociedad (griega) está dividida". "La sociedad no puede aguantar más recortes injustos", agregó.
Por su parte, Venizelos consideró que el objetivo de las nuevas medidas no debe ser obtener superávit a travíés de los recortes "sino reanudando el crecimiento". Igualmente exigió que, una vez sean aprobadas las nuevas medidas de ahorro, los socios europeos concedan "inmediatamente" los 31.500 millones de euros del siguiente tramo del rescate financiero además de ampliar los plazos del programa de ajustes.
Precisamente sobre la ampliación de plazos que reclama el gobierno griego -y que era una de las promesas electorales de Samarás- habló el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en una entrevista que publica hoy el diario 'To Vima'.
En la entrevista, el mandatario comunitario exige que antes, Grecia debe "recuperar la credibilidad". Por el momento, se ha informado de que una nueva reunión de los tres líderes políticos para tratar de cerrar un acuerdo sobre los recortes tendrá lugar el próximo miíércoles despuíés de que Samarás mantenga un encuentro mañana con los jefes de misión de la troika y, el martes, con el presidente del BCE, Mario Draghi.
El ministro portavoz del gobierno, Simos Kedikoglu, declaró hoy que, a pesar de las diferencias respecto a los recortes, "no se pone en duda la cohesión del gobierno".
El Estado griego necesita urgentemente la ayuda financiera para evitar problemas de liquidez, hacer frente al pago de vencimientos de deuda e iniciar la recapitalización bancaria.
Pero el informe de la troika necesario para que esos fondos sean desbloqueados y que debería haber sido presentado ya en septiembre, ha sido retrasado primero hasta el próximo octubre y, ahora, fuentes alemanas citadas por el diario 'Der Spiegel' aseguran que podría postergarse aún más hasta inicios de noviembre.