Soria advierte a las distribuidoras de que habrá medidas si no colaboran
El petróleo alcanzó en 2011 el precio más alto en siglo y medio
El mercado de los carburantes es libre. Como el miedo. En el caso de las petroleras, acusadas por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) de remolonear a su favor a la hora de ajustar los precios del surtidor cuando baja la materia prima, se trata del miedo a que el Gobierno tome medidas en su contra. Ese temor favoreció ayer el compromiso de Repsol, Cepsa y BP de controlar los márgenes de ganancia para evitar subidas desproporcionadas de los carburantes, de gran impacto sobre el conjunto de los precios, como se ha demostrado en agosto.
El acuerdo, del que no hubo más detalles, se perfiló en la reunión —calificada de “cordialâ€, según fuentes de las empresas— que mantuvo en la tarde de ayer el ministro de Industria, Josíé Manuel Soria con los presidentes de Repsol (Antonio Brufau), Cepsa (Santiago Bergareche) y BP (Jorge Lanza). Los empresarios, no obstante, destacaron ante el ministro que los datos que maneja Industria sobre márgenes (basados, según sostienen, en el Bolíétín Petrolero de la UE) no son comparables, por lo que habrá que trabajar en la comparativa para determinar la profundidad del ajuste que pide el Gobierno.
Como en reuniones similares de ministros anteriores con propósitos idíénticos —moderar la escalada de los precios de los carburantes en momentos económicos difíciles—, las partes fueron parcas en detalles. Como ejemplo, la frase arrancada al presidente de Repsol, Antonio Brufau, horas antes del encuentro: “Vamos a escuchar [al ministro] y lo que se pueda hacer, se haráâ€. Lo que quiere Soria que hagan las petroleras lo dejó claro ayer en el Senado. Tras declararse “profundamente preocupado†por esta cuestión, “sobre todo por el aumento de los precios en cinco díécimas que se produjo el pasado mes de agostoâ€, el ministro explicó que el precio de los carburantes se forma a travíés de tres componentes: el precio del petróleo, que es similar en toda Europa; los impuestos, que en España son más bajos que en los países del entorno, y el margen de beneficio de las distribuidoras. Y ahí puso el dedo. Soria detalló que ese margen de beneficio es mayor en España que en otros países europeos y que es precisamente este factor el que incrementa el precio que pagan los consumidores. Eso es lo que quiere que se corrija. Mejor por las buenas, aunque, según añadió, el Gobierno podría adoptar “un conjunto de medidas selectivas†para abaratar las gasolinas si las distribuidoras no hacen el ajuste que les solicitó en el encuentro de ayer.
Sobre la políémica de los precios planea la rotunda afirmación del informe elaborado por la CNC en el mes de junio. “Los precios y los márgenes en España†señalaba la Comisión “siguen estando entre los más altos de la UE y por encima de economías de tamaño comprable, lo que resulta compatible con un menor nivel de competenciaâ€.
Las petroleras, a travíés de la asociación que las agrupa, la AOP; cargaron contra el informe de la Comisión Nacional de la Competencia cuestionando la metodología empleada y, por extensión, sus conclusiones.