Hace unos días, en un viaje relámpago a Londres, comentaba con unos gestores de patrimonio la confusa y preocupante situación económica en España, algo aliviada por las últimas medidas del BCE.
Pero tambiíén en esa conversación algo deslizó la incertidumbre política del país. No puedo negarles que me sorprendió esa apreciación, y la justificación a la misma era un reciente artículo publicado en el Financial Times, en el que el analista David Gardner comentaba que la victoria del partido separatista en Quebec, podría tener una fuerte repercusión en las pretensiones independentistas de algunas regiones españolas.
En palabras de Gardner, las demandas separatistas del País Vasco y Cataluña podrían incrementarse tras los resultados de las elecciones de Quebec, situación que podría extenderse a Escocia.
A lo largo de la crisis de la eurozona, del empeoramiento de las finanzas públicas en España, de la ausencia crónica de crecimiento en su economía y en su mercado laboral, Madrid parece dirigirse a una crisis constitucional que podría llevar a la ruptura de España, afirma Gardner.
Hoy martes Cataluña celebra su día nacional en un año en el que las aspiraciones independentistas superan por primera vez la mitad de la población. El próximo mes, el País Vasco tendrá elecciones con el partido separatista Bildu en coalición con el Partido Nacionalista Vasco. El separatismo está claramente ganando terreno afirma el analista de FT.
Por el contrario, añade Gardner, para el centroderecha español la ruptura de la unidad indisoluble de España es un anatema. El partido de centro derecha del gobierno de Mariano Rajoy aspira a incrementar la centralización del Estado por la actual crisis financiera que atraviesa el país. Usando como pretexto la incontinencia fiscal de algunas regiones españolas, el gobierno central ha amenazado tomar el control de los gobiernos autonómicos a menos que se adhieran a los objetivos presupuestarios.
Gardner señala que la deuda del gobierno vasco, que establece su propio sistema impositivo, es manejable, y que presenta un mejor rating crediticio que el español. Su inversión en educación e I+D es elevada y de gran calidad. Esta independencia fiscal es lo que está exigiendo el gobierno catalán. Su actual transferencia a Madrid es 10 veces superior a la del País Vasco en tíérminos per cápita.
El gobierno de Rajoy es ideológicamente opuesto a cualquier extensión del federalismo fiscal. Pero cualquier gobierno en Madrid necesitará del subsidio Catalán para cumplir con sus gastos de sanidad o de pensiones, que se están incrementando por el envejecimiento de la población. Además, las condiciones del plan de rescate español implican una píérdida del autogobierno, y de la soberanía nacional a favor de la UE.
Gardner finaliza el artículo con estas palabras “para mantener a Cataluña dentro de España, Madrid necesitará ofrecerle unas condiciones similares a las del País Vasco, y eso parece altamente improbableâ€.
Es evidente que la situación política española se ve con cierta distorsión en Londres, aunque no por eso su visión deja de ser menos ajustada a la realidad. Lo preocupante es que esta incertidumbre política en España se está incrementando paulatinamente, y cada vez son más los gestores internacionales que te llaman para preguntar sobre asuntos relacionados.
Hasta ahora el mercado no ha descontado esta posibilidad, pero si las pretensiones independentistas españolas cada vez encuentran más atención en los medios internacionales, es evidente que la reacción automática de muchos gestores va a ser vender activos españoles.
Lacartadelabolsa