Por... RODRIGO BOTERO MONTOYA
La economía política, como tema prioritario de interíés acadíémico, ha perdido visibilidad. No obstante, la interrelación entre el manejo económico y las instituciones del respectivo país ofrece algunas enseñanzas.
Tratar de satisfacer la curiosidad de analistas internacionales acerca de las peculiaridades de la trayectoria económica colombiana conlleva hacer referencia al contexto institucional. í‰ste, a su turno, tiene una estrecha vinculación con el sistema político del cual ha surgido.
Entre los rasgos que llaman la atención a observadores foráneos pueden mencionarse la ausencia de bandazos económicos traumáticos, la continuidad de las metas macroeconómicas centrales y la creciente estabilidad en los cuadros tíécnicos del Estado.
Estos rasgos, que difieren de la experiencia de otras naciones latinoamericanas, surgen de un sistema político que permite incorporar continuidad y cambio, de acuerdo con normas previamente establecidas. Este sería un ejemplo de la forma como las instituciones políticas condicionan el diseño y la implementación de la política económica.
Tambiíén se puede argumentar que la transformación que ha tenido la economía colombiana termina reflejándose en el ordenamiento institucional del país.
En el transcurso de los últimos 25 años, se ha ido creando un consenso acerca de la necesidad de evitar grandes desequilibrios fiscales y monetarios, la conveniencia de una mayor participación en la economía internacional y los beneficios que se obtienen al lograr una inflación baja y estable.
De ese consenso se desprenden decisiones tales como la adopción de una regla fiscal, la mayor apertura de la economía al comercio exterior y a la inversión extranjera, y la independencia del Banco de la República por mandato constitucional.
Los acuerdos políticos que establecieron el denominado Frente Nacional permitieron conformar una elite tíécnica a nivel gubernamental, cuya participación en la formulación de la política económica no depende de su afiliación partidista.
Este grupo de profesionales, conocido como la tecnocracia, ha ido adquiriendo características similares a las del servicio civil británico.
Su creciente influencia en la administración del Estado ha contribuido a elevar la calidad de las políticas públicas y a darles continuidad.
El protagonismo de la tecnocracia, así como su estabilidad de un gobierno a otro, es percibido desde el exterior como una singularidad del esquema institucional colombiano.
El proceso de ajustes para alcanzar el presente estado de entendimiento entre el poder político y las autoridades económicas no ha sido fácil.
Tampoco ha estado libre de tropiezos, fricciones y malentendidos.
Dos libros recientes ilustran las turbulencias que han acompañado la implementación del actual ríégimen monetario y cambiario: Moneda Sana , por Aldemar Moreno y Los Actores en la Crisis Económica de Fin de Siglo , por Miguel Urrutia y Jorge Llano.
Por supuesto, lo anterior describe lo ocurrido en el pasado reciente. No pretende tener carácter predictivo. La permanencia de la relación constructiva entre estabilidad política y desempeño económico no está garantizada.
Lo que puede afirmarse, en las actuales circunstancias, es que así como un eventual deterioro político afectaría la confianza económica, la calidad del manejo económico es definitiva para preservar la gobernabilidad.