El Banco de Japón (BOJ) decidió hoy ampliar su programa de compra de activos en 10 billones de yenes (unos 97.200 millones de euros), hasta 80 billones de yenes (778.000 millones de euros), para inyectar liquidez al sistema financiero.
La junta de política monetaria del BOJ tambiíén decidió mantener los tipos de interíés en el bajísimo nivel de entre el 0 y el 0,1 % en que se encuentran desde octubre de 2010 para impulsar la economía, según un comunicado emitido al tíérmino de su reunión mensual de dos días.
La decisión del BOJ se produjo casi una semana despuíés de que la Reserva Federal de EEUU adoptara una nueva ronda de estímulo económico, la tercera desde el estallido de la crisis en 2008, con una masiva inyección de liquidez.
El programa de compra del BOJ, establecido en 2010, está dirigido a la adquisición de activos como fondos fiduciarios y valores vinculados a la renta variable para expandir la liquidez en el mercado y reforzar la confianza de los inversores, en el marco de una política de flexibilización monetaria.
La decidida hoy es la primera ampliación de este instrumento desde el pasado abril, y busca "asegurar la vuelta de la economía de Japón a la senda de un crecimiento sostenible con estabilidad de precios", según la entidad.
La expansión incluye un aumento de 5 billones de yenes (unos 48.630 millones de euros) en la compra de letras del Tesoro (T-Bills) para finales de 2013 y un incremento similar en la adquisición de bonos del Gobierno nipón para esa misma fecha.
El BOJ señaló que Japón, tercera economía mundial, ha registrado un crecimiento "relativamente alto" en la primera mitad de 2012 gracias a la demanda interna, pero advirtió de que la recuperación de la actividad económica se encuentra en "pausa" a causa de la desaceleración de las economías extranjeras.
Así, insistió en que todavía existe un alto grado de incertidumbre en torno a la economía global, que incluye entre otros factores las perspectivas del problema de deuda en Europa.
La decisión del BOJ provocó la reacción inmediata de los mercados, con el índice Nikkei que avanzó un 1,4 %, y la depreciación de su divisa, que se intercambiaba con el euro en la banda media de los 102 yenes y con el dólar por debajo de los 79 yenes.