No sólo es el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien demora la petición del rescate necesaria para que el Banco Central Europeo compre deuda española y relaje significativamente nuestra prima de riesgo. Ahora Berlín y Madrid están en el mismo bando.
La canciller Angela Merkel quiere evitar las implicaciones negativas que pudiera tener el salvamento a España en su electorado. Y desde luego, no quiere que España pida la fórmula dura del rescate, que precisaría el beneplácito del Bundestag y podría afectar a su recta final a las elecciones de 2013.
En consecuencia, y según fuentes consultadas por elEconomista, Alemania alienta a Rajoy para que prosiga en su línea de retrasar la solicitud de auxilio y para que, en su caso, apueste por la fórmula suave, la de una línea de críédito dispuesta para ser activada en caso de necesidad.
De este modo, el Gobierno alemán sale al paso de aquellos que apremian la solicitud aludiendo al riesgo de que la tregua del mercado se agote. En cualquier caso, el Ejecutivo español cree que con niveles de prima como los actuales, sí que puede aguantar el tirón de la espera.
Los escollos
No obstante, el cuello de botella le va a llegar al Gobierno español en octubre. Afronta vencimientos por casi 30.000 millones de euros, y en esa fecha ya tendrá noción del nivel al que puede dispararse el díéficit a cierre de ejercicio. No olvidemos que es en los últimos meses del año cuando la sobrecarga de las cuentas públicas se manifiesta con toda su crudeza. Así sucedió en 2011, y el Ejecutivo podría encontrarse este año con la sombra de un saldo negativo más cercano al 7 por ciento que al 6,3 comprometido con Bruselas, según fuentes consultadas por elEconomista.
Tambiíén se baraja que la demora en la petición tenga impacto negativo en nuestro rating