Los inversores se ocultan: saben que van a perder Luis Aparicio Píérez Director de Contenidos de INVERTIA/
www.invertia.com Por mucho que sigamos hablando de la Bolsa, de la deuda y sus diferenciales y de los máximos que alcanza el oro (expresado en euros)… no se engañen porque no hay ni un solo inversor en los mercados. El BCE usa el eufemismo de la apetencia de liquidez de los inversores para decir que la sala está vacía, que los mercados son un solar en el que se juega únicamente con el dinero de los bancos centrales.
Me lo comentaba un amigo de una casa de valores internacional. Confirmaba mis sospechas de asomarme día a día a los volúmenes de contratación de los distintos mercados: “no hay dinero del inversor final, que está totalmente escondidoâ€. “íšnicamente se mueve el dinero que han inyectado los bancos centrales (Banco Central Europeo, Banco de Inglaterra, Reserva Federal Estadounidense y Banco de Japón) para apuntalar sus economíasâ€.
Esta crisis se inició con la perplejidad de todos al comprobar que cerraban los mercados interbancarios. De un día para otro, sin previo aviso, bajaron el telón porque ningún banco se fiaba del compañero al que día antes había prestado dinero sin mayores problemas. La desconfianza en la cúpula de la crisis se ha extendido a todos los inversores, grandes y pequeños. Una desconfianza que ha ido creciendo a medida que se veía la incapacidad de los políticos europeos para resolver la crisis. Tambiíén el deterioro y descubrimiento de males mayores a los originalmente pensados como ha ocurrido con la banca española han alimentado este proceso de desconfianza.
El dinero con mayúsculas, el de los grandes inversores (tambiíén habrá algún pequeño, se supone) ya no está en los mercados en donde únicamente se mueve de un lado para otro –vía bancos- las inyecciones de política monetaria aplicadas como cura de caballo. El dinero se encuentra en esa apetencia de liquidez que dice Draghi, bien en depósitos o activos monetarios a cortísimo plazo y guardado mucho de íél en paraísos fiscales. Un estudio realizado por el grupo Tax Justice Network ha revelado que existen entre 17 y 26 billones de euros escondidos en paraísos fiscales. Como no conozco muy bien la fiabilidad de la fuente, sólo asomo el dato. Guardar el dinero debajo de colchón ha sido otra alternativa de los menos pudientes, aunque todos confiamos en que no se generalice por el bien del sistema.
El dinero no está en los mercados por esa profunda desconfianza. Cuando el dinero vuelva a creerse algo, la explosión alcista de casi todo será fantástica porque actualmente los actores son los que salen a buscarse un jornal con el dinero de los emisores mundiales de billetes. Ni siquiera se juegan el suyo.
Además de la desconfianza, el inversor finalista sabe que no le queda otro remedio que perder dinero. Existen dos caminos por los que el dinero mundial puede caer. En Europa, existe el temor a más quitas, despuíés de la de Grecia. Para muchos expertos la única solución es que haya nuevas quitas de deuda o todo se acabará colapsando. El otro camino de las píérdidas es la inflación en Estados Unidos. Ha sido la manera que ha tenido la gran potencia de abaratar el pago de su deuda en tiempos de gran endeudamiento y el actual lo es histórico. Con la desconfianza y la amenaza de la píérdida, ¿quiíén es el valiente de asomar el hocico?