Por... Josíé A. Ruano
El dinero es realmente importante para desarrollar nuestras actividades diarias y para desenvolvernos en la vida; pero la tranquilidad mental vale aún mucho más. Prueba de ello es que aunque usted cuente con un capital considerable a su disposición, si usted no puede dormir con tranquilidad, no podrá coordinar bien sus pensamientos y por lo tanto no tendrá el discernimiento apropiado para tomar decisiones y disfrutar de lo que tiene.
Como para robarle el sueño, la tranquilidad y hasta la paz mental a quien lo sufra, fue el caso que este lector me refiere: “He firmado un contrato de venta (listing agreement) con una compañía de bienes raíces y ahora noto que ni tiene el precio de venta de la propiedad señalado en el mismo y existen otras cláusulas que me tienen intranquilo.â€
Y realmente el lector tenía razones más que sobradas para mostrarse intranquilo, pues aparte de omitir el precio de venta para el inmueble, el agente vendedor le había hecho firmar un contrato en el cual se estipulaba la capacidad de la compañía vendedora para emplazar un gravamen contra la propiedad, solamente con el objetivo de garantizarse el pago en caso de venta. Práctica íésta especialmente creada para las transacciones en propiedades comerciales.
Otro tíérmino maquiavíélico, incluido en el contrato, era el que señalaba el derecho de la compañía para requerir la precalificación de cualquier comprador por una compañía financiera aprobada por ellos, prestándose esta aparentemente bien intencionada acción, a la intención de controlar a todo cliente interesado y de esta sencilla manera monopolizar todos los beneficios provenientes del negocio y actuar de acuerdo a sus mejores intereses.
Sellando el contrato, la última condición que se le imponía al vendedor era la renuncia de su derecho de exponer su propiedad a la venta, en el Servicio de Listado Múltiple de los agentes de bienes inmuebles (MLS), o sea, la venta de la propiedad iba a ser del privilegio absoluto de los agentes que conforman la oficina de ventas de esa compañía y de nadie más, sin tomar en consideración el daño, perjuicio o tiempo perdido que ello le pueda ocasionar a su cliente.
Para convencer al vendedor le habían ofrecido un descuento en el pago de la comisión, el cual hubiese sido una gran cosa si le estuviesen brindando algo de verdadero valor a cambio.
El instante en que se decide entregar una propiedad inmobiliaria a alguien, para que la venda, es importantísimo. No se deje embaucar. Procure los servicios de agentes inmobiliarios reconocidos y de probada experiencia.
Conclusión: Sea responsable consigo mismo y comprenda, de una buena vez que en este país nadie ofrece una mercancía o un servicio por menos de su verdadero valor.
El refrán es claro “Usted sólo recibirá lo que realmente paga.â€