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Autor Tema: Banco Santander será el cortafuegos del Popular para frenar a La Caixa  (Leído 187 veces)

Eguzki

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El Banco Santander es el “primo de Zumosol” que respalda la macroampliación de capital del Banco Popular para escapar de las garras del FROB. La entidad presidida por Emilio Botí­n ha echado un cuarto a espadas como máximo asegurador del banco que dirige íngel Ron. Bajo esta garantí­a, la CNMV ha acelerado su visto bueno al llamado documento de registro como paso previo al folleto de emisión. Toda la supervisión del organismo que preside Elvira Rodrí­guez se ha efectuado en coordinación con el Banco de España que, a la postre, es el tiene que aprobar el plan de recapitalización del Banco Popular.

La salida de emergencia adoptada por Ron para superar el trance de las auditorí­as de Oliver Wyman ha inflamado las susceptibilidades dentro del mercado financiero, donde no son pocos los analistas que alertan de dificultades para cubrir una operación de hasta 2.500 millones de euros que tras el desplome del banco en bolsa en las trece últimas sesiones ya supone el 93% de todo su valor en bolsa. A tal efecto se ha suscitado la opción de La Caixa como un eventual 'partner' del Popular en el supuesto de que la ampliación no encontrará una adhesión unánime en los mercados de capitales.

Ahorro Corporación, el ‘broker’ de las cajas de ahorros, es quien más dudas ha expresado sobre la operación. “El gran tamaño de la ampliación de capital y la posibilidad de que no todos los accionistas de referencia puedan acudir plantea, en nuestra opinión, un notable riesgo de ejecución y la posibilidad de emitir ‘CoCos’ –tí­tulos convertibles contingentes- a favor del Frob”. Estos tí­tulos hí­bridos, mitad capital mitad deuda, son la alternativa a cualquier entidad que no pueda sacar adelante su plan privado de capitalización. En el caso del Popular la salvaguarda del Santander es una credencial de íéxito para los reguladores españoles aunque los contratos de suscripción y aseguramiento no han sido todaví­a firmados, según el citado registro de documentación verificado el viernes por la Comisión de Valores.

La firma apuesta porque el mercado someterá a una gran presión a Popular. Asume un precio de emisión en la ampliación de 0,5 euros, muy cerca del mí­nimo de 0,4 euros previsto por el propio banco en el diseño de la operación. En manos de las entidades colocadoras está mejorar lo máximo posible el precio de venta mientras la acción no para de bajar.

En este escenario, fuentes cercanas a la primera caja de ahorros española han reconocido que el Popular ofrece, sin duda, una interesante oportunidad de negocio pero con la misma determinación aseguran que “La Caixa no ha dado ni un solo paso en dirección al Banco Popular”. Otra cosa distinta es si íngel Ron llama a la puerta de Isidro Fainíé en busca de un acuerdo que, sin duda, ha encendido las alarmas de la gran banca española.

El Banco Santander no va a quedarse de brazos cruzados ante el avance de un rival directo como La Caixa y para eso Botí­n cuenta tambiíén con importantes apoyos dentro del accionariado del Banco Popular. Algunos de estos socios de referencia ven con muy buenos ojos que el banco cántabro, a travíés de algunos de sus fondos de inversión, adquiera posiciones de relieve en el capital de la entidad presidida por Ron.

A mayor abundancia de futuras alianzas estos mismos inversores no descartan la conveniencia de abordar metas más ambiciosas como podrí­a ser la integración del Popular con el Banesto, una operación que reforzarí­a el predominio del Grupo Santander en el mercado financiero español. En las últimas semanas han sido constantes los rumores de una OPA de exclusión de la filial del banco cántabro para facilitar su participación en una operación corporativa.

Intereses polí­ticos y negocios financieros


En su análisis de Popular, Ahorro Corporación alimenta el debate sobre el futuro del banco cuando recuerda que “algunas decisiones estratíégicas de los últimos años podrí­an ser un obstáculo de cara a lograr una historia de reestructuración convincente y de reducción del perfil de riesgo”. Pero más allá del presunto interíés en dar un golpe de timón –algunos accionistas como Americo Amorim y la Sindicatura han vendido tí­tulos en las últimas semanas- están las cifras. Popular pierde este año en bolsa un 63%, ha suprimido el tradicional dividendo de octubre y ha puesto a los analistas de acuerdo: 28 casas de bolsa apuestan por vender y solo una recomienda comprar.

Lo que parece muy claro es que el primer banco español no se va a quedar fuera de la reestructuración del mapa sectorial por mucho que su estrategia de negocio estíé cada dí­a más volcada a los mercados internacionales. En todo caso, el Santander quiere irrumpir por la puerta grande con una operación que tiene tambiíén un marcado acento defensivo. La posibilidad de que una caja se quede con uno de los principales bancos del paí­s es algo que, por lo demás, produce escalofrí­os en algunas instancias oficiales.

En momentos crí­ticos como los que vive España parece difí­cil evitar que los intereses polí­ticos se crucen con los negocios financieros y algunos, los más suspicaces, interpretan que la incorporación del Popular al gran hermano de La Caixa es un díéjí -vu de la cíélebre OPA que Gas Natural lanzó hace siete años sobre Endesa. La comparación resulta odiosa y probablemente sea exagerada, pero el miedo es libre. Por suerte para el Gobierno, siempre les quedará Botí­n.