No se asusten. Comienza otra semana decisiva para el futuro de España y de la zona euro que culminará en Bruselas con una cumbrehistórica (18 y 19 de octubre) y un acuerdo in extremis para salvar a la moneda única al borde del precipicio.
Pero tranquilos. Se trata de un capítulo más en una crisis de la deuda que se aproxima al final. La reunión del próximo jueves, por lo pronto, servirá para que los líderes europeos se feliciten por ese inesperado Premio Nobel de la Paz, cuyo comitíé de concesión (el obispo de Oslo y cuatro políticos noruegos) ha tardado 60 años en percatarse de que la Unión Europea había hecho algo más por la concordia mundial que Al Gore,Henri Kissinger o Menahem Begin.
Pero los eurolíderes nunca han necesitado reconocimientos externos para felicitarse a símismos. Y como suele ocurrir, las conclusiones de la cumbre, a cuyo borrador ha tenido acceso CincoDías, celebra los "importantes progresos" realizados desde la última cita en junio. Por supuesto, los firmantes saben, tan bien como cualquier lector, que los acuerdos alcanzados en aquella cumbre (unión bancaria y recapitalización directa de la banca) siguen en el aire y pendientes de negociar los endiablados detalles.
Peor aún. Las dudas sobre su calendario y aplicación ensombrecen a corto plazo las perspectivas de varios países. Hasta el punto de que esa incertidumbre fue una de las razones invocadas la semana pasada por Standard & Poor's para rebajar dos peldaños la calificación de la deuda española y dejarla al borde del bono basura. El resto de la zona euro tampoco se encuentra fuera de peligro. Y se enfrenta de nuevo a un tremendo batacazo si no alivia pronto la prima de riesgo de España y resuelve de una vez por todas la insostenible situación de Grecia.
En ambos casos, la última palabra la tiene Berlín. Omás bien la penúltima, porque el veredicto definitivo podría llegar desde alguna agencia de calificación. La cumbre de esta semana permitirá comprobar hasta quíé punto eleva la tensión Alemania. Pero ya se ha visto que la canciller de plomo, Angela Merkel, está dispuesta a retirar la soga del cuello griego mientras da una última vuelta al torniquete que sujeta a Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno español llega a su cuarta cumbre europea sin apenas aliento presupuestario ni económico. Y con la incómoda tarea de defender en voz alta la solvencia del Estado español y sus planes de ajuste mientras implora por lo bajo una intervención del Banco Central Europeo y regatea una segunda relajación del objetivo de díéficit para este año (6,3%).
Merkel, por ahora, no ha dado señales de clemencia. Todo lo contrario. Berlín se resiste a activar el plan Draghi (compras de deuda española a cargo del BCE y el Mecanismo Europeo de Estabilidad o MEDE) y descarta que el Estado español pueda librarse por completo de la factura del rescate bancario. La experiencia indica, sin embargo, que Merkel tensa la cuerda pero no la rompe. Mucho menos cuando le falta menos de un año para las elecciones (septiembre de 2013) y cuando de un extremo cuelgan dos gigantes tan pesados como España e Italia.
Para colmo, incluso el Fondo Monetario Internacional parece asustado por el íénfasis de la canciller en los planes de austeridad. "Alemania está cometiendo el error de querer solucionar en dos o tres años una díécada de desequilibrios macroeconómicos en la zona euro", advierte un economista con muchos años de experiencia en las instituciones comunitarias. "La dieta es necesaria", añade esa misma fuente, "pero hay que suavizarla a corto plazo y extenderla en el tiempo".
El cambio de ríégimen se está negociando y se traducirá, a falta del visto bueno de Berlín, en una ampliación del objetivo de díéficit para España en 2012. Faltan por concretar los ajustes y recortes que el Gobierno de Rajoy deberá ofrecer a cambio, con la revalorización de las pensiones como una de las víctimas propiciatorias más probables.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schí¤uble, insiste en que esas nuevas medidas bastarán para que España recupere la confianza de los mercados. Pero fuera de Berlín, nadie contempla esa hipótesis. De Bruselas a Fráncfort y desde Estocolmo a Madrid, la mayoría de las autoridades nacionales y comunitarias concluyen que solo la intervención del BCE permitirá al Estado y, sobre todo, a las grandes empresas, afrontar las tremendas necesidades de refinanciación de los próximos meses (solo el Tesoro, más de 270.000 millones de euros en los próximos dos años).
Pero la intervención ilimitada del BCE, supeditada a un memorándum de condiciones, pondría punto final con toda probabilidad a la crisis de la deuda. Y Berlín perdería su instrumento más poderoso de disciplina: la prima de riesgo ajena. Por eso cabe esperar que Merkel apriete un poco más a España e Italia antes de detener el tormento. Así lo hizo la semana pasada, con una visita a Atenas que puso fin a la especulación sobre la posible expulsión de Grecia de la zona euro (los bancos de inversión ya han rebajado la probabilidad de esa salida). Ahora falta que suelte a Rajoy antes de que Moody's precipite un rescate completo con una nueva degradación de la deuda.
Las agencias de la UE, bajo sospecha
Parece que los conflictos de interíés no afectan solo a las agencias de calificación. La lacra se extiende a otras Agencias, con mayúscula de organismo oficial. El Tribunal de Cuentas de la UE ha revisado (en un informe publicado el 11 de octubre) la actuación de varias Agencias comunitarias, entre ellas las dedicadas a tareas tan sensibles como la autorización de medicamentos, la seguridad alimentaria o la seguridad aíérea. Y ha detectado serias carencias en la gestión de conflictos de interíés. Y algunas circunstancias tan llamativas como la de un empleado que vive de alquiler en un apartamento propiedad de una empresa del sector del que se ocupa su Agencia.
TAJO DEL 10% AL PRESUPUESTO COMUNITARIO
La austeridad preconizada por Alemania, Holanda y compañía prepara un zarpazo del 10% al proyecto de presupuestos de la Unión Europea para 2014-20. Un recorte de más de 100.000 millones de euros sobre un total previsto de un billón de euros. Más de un funcionario europeo teme que la tijera se ensañe con su sueldo. Una queja que, probablemente, no suscitará demasiada solidaridad en los países con presupuestos amputados desde Bruselas. Pero habría que recordar que el gasto administrativo solo supone el 6% del presupuesto comunitario. Y que con la partida agrícola blindada (casi 30%), el tijeretazo podría darse donde siempre: becas, I+D, pymes...
EL BCE SE AHORRA 100.000 EUROS EN SALARIO
El Comitíé Ejecutivo del Banco Central Europeo todavía no ha logrado cubrir la vacante dejada el 31 de mayo por el español Josíé Manuel González Páramo. El Parlamento Europeo ha retrasado hasta el 22 de octubre la votación (no vinculante) sobre su sucesor, el luxemburguíés Yves Mersch, como protesta por la falta de equilibrio de gíénero en el máximo órgano del BCE (los seis miembros serán varones). El Parlamento quiere arrancar el compromiso de que el desequilibrio se intentará corregir en el futuro. De momento, ha logrado que el BCE se ahorre unos 110.000 euros, que hubiera sido el salario de Mersch en cinco meses.
Las agencias de la UE, bajo sospecha
Parece que los conflictos de interíés no afectan solo a las agencias de calificación. La lacra se extiende a otras Agencias, con mayúscula de organismo oficial. El Tribunal de Cuentas de la UE ha revisado (en un informe publicado el 11 de octubre) la actuación de varias Agencias comunitarias, entre ellas las dedicadas a tareas tan sensibles como la autorización de medicamentos, la seguridad alimentaria o la seguridad aíérea. Y ha detectado serias carencias en la gestión de conflictos de interíés. Y algunas circunstancias tan llamativas como la de un empleado que vive de alquiler en un apartamento propiedad de una empresa del sector del que se ocupa su Agencia.
Tajo al presupuesto comunitario
La austeridad preconizada por Alemania, Holanda y compañía prepara un zarpazo del 10% al proyecto de presupuestos de la Unión Europea para 2014-20. Un recorte de más de 100.000 millones de euros sobre un total previsto de un billón de euros. Más de un funcionario europeo teme que la tijera se ensañe con su sueldo. Una queja que, probablemente, no suscitará demasiada solidaridad en los países con presupuestos amputados desde Bruselas. Pero habría que recordar que el gasto administrativo solo supone el 6% del presupuesto comunitario. Y que con la partida agrícola blindada (casi 30%), el tijeretazo podría darse donde siempre: becas, I+D, pymes...
El BCE se ahorra 100.000 euros en salario
El Comitíé Ejecutivo del Banco Central Europeo todavía no ha logrado cubrir la vacante dejada el 31 de mayo por el español Josíé Manuel González Páramo. El Parlamento Europeo ha retrasado hasta el 22 de octubre la votación (no vinculante) sobre su sucesor, el luxemburguíés Yves Mersch, como protesta por la falta de equilibrio de gíénero en el máximo órgano del BCE (los seis miembros serán varones). El Parlamento quiere arrancar el compromiso de que el desequilibrio se intentará corregir en el futuro. De momento, ha logrado que el BCE se ahorre unos 110.000 euros, que hubiera sido el salario de Mersch en cinco meses.