Por... OLATZ ARRIETA
Sólo el 5 % de los aspirantes consigue aprobar cada año el examen de ingreso.
Con sus puertas verdes y sus pasillos de color marrón, la Bronx High School of Science parece una escuela pública más de Nueva York. Pero las apariencias engañan.
Este colegio secundario es una verdadera fábrica de premios Nobel en ciencias. Es el establecimiento educativo de Estados Unidos con más exalumnos distinguidos con ese galardón.
Ocho exalumnos de la Bronx High School of Science han recibido un premio Nobel de Física o Química desde 1972.
En la entrada principal del centro, junto a la vitrina de los trofeos, hay un póster con las fotografías de los galardonados. Falta el último, Robert F. Lekftkovitz , que anduvo por los pasillos de esta escuela en 1959 y que acaba de ser distinguido con el Nobel de Química.
Los futuros premios Nobel de la Bronx High School of Science tienen entre 14 y 17 años y, como la mayoría de los alumnos de las escuelas públicas de Nueva York, son hijos de inmigrantes, la primera generación que nació en Estados Unidos.
Robert F. Lekftkovitz es el más reciente galardonado que salió de la escuela: le otorgaron el Nobel de Química 2012.
Amanda Elyssa Ruiz , de 17 años, está realizando una investigación sobre inmunología. “En mis experimentos estoy simulando el efecto de una proteína sobre la leucemia aguda en el sistema inmunológicoâ€, contó sin titubear ni una vez al explicar complejos conceptos científicos.
La Bronx High School of Science recibe la misma ayuda pública que otras escuelas de la ciudad de Nueva York, pero tiene un programa especial para la ciencia.
El establecimiento ayuda a los alumnos a encontrar un mentor científico y un laboratorio profesional para proyectos de investigación en las materias de biología, ingeniería, informática y ciencias sociales.
La doctora Jean Donahue, asistente de la dirección para ciencia, relató orgullosa que los proyectos que desarrollan los alumnos “son como en la vida realâ€.
“Investigan de verdad, descubren cosas nuevas y en muchos casos los hallazgos que hacen se publican en revistas científicasâ€.
“Busca algo en lo que eres bueno y que otros vean como difícilâ€. Este es el consejo que le dio a Ian Kaplan , de 17 años, el premio Nobel de Física David Politzer cuando vino a visitar su antigua escuela.
Kaplan está investigando modelos informáticos que puedan predecir el ganador de los debates presidenciales y vicepresidenciales de Estados Unidos.
Otro estudiante, Valerio Zhang , investiga el efecto que tiene una proteína en el crecimiento de cíélulas en el cáncer de próstata.
No le sorprende que su escuela haya producido tantos premios Nobel y subraya: “El último es muy importante porque es el primero que tenemos en químicaâ€.
La escuela recuerda con orgullo a sus exalumnos premiados. Ser alumno de la escuela pública secundaria más laureada de Estados Unidos requiere mucho talento.
Sólo el 5% de los estudiantes consigue aprobar cada año el examen de ingreso.
En este curso, 3.000 alumnos tienen el privilegio de asistir a las aulas por las que han pasado los hasta ahora ocho premios Nobel.
Kate Fruitman quiere descubrir quíé olores inducen a los consumidores a pasar más tiempo en una tienda y, por eso, está inmersa en un experimento relacionado con la psicología del comportamiento.
La Bronx High School of Science todavía no se ha llevado ningún Nobel en ciencias sociales. “Quizás yo sea la primeraâ€, dijo Kate.