Mientras que la sabiduría convencional dice que los inmigrantes quitan empleos a los estadounidenses por subvaloración de ellos en los salarios, dice Eduardo Porter en el New York Times, la investigación indica que la inmigración no ha provocado en su mayoría menos empleos para los trabajadores estadounidenses.
De hecho, parece que los inmigrantes ayudan a fortalecer la economía en el largo plazo, lo que lleva a una mayor rentabilidad para las empresas y precios más bajos para algunos productos y servicios