Respiro para Banco Popular en su carrera por mantener la independencia. La políémica decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de ampliar el veto a las posiciones bajistas hasta el 31 de octubre en primera instancia y tres meses más desde el uno de noviembre le va a evitar al banco el duro ataque bajista que previsiblemente se iba a desatar a partir de mañana, cuando vencía la prohibición.
Los precedentes demuestran que el impacto a muy corto plazo es fuerte. En el último levantamiento de una prohibición de cortos, el pasado 15 de febrero, Popular bajó un 6,18% y se dejó en el camino otro 1,56% en la siguiente sesión. Un ataque de esta envegadura ahora llevaría al banco a los niveles más bajos del año, fijados en julio en 1,25 euros.
Si la CNMV no hubiera prorrogado el veto, el impacto ahora hubiera sido incluso mayor que en febrero, porque el banco que preside íngel Ron es, entre los cotizados, el único que a corto plazo se juega su futuro. Lo va a hacer en una ampliación de capital de 2.500 millones de euros que exigirá un extraordinario descuento y que va a suponer un suculento negocio para los ‘hedge funds’ que han apostado por una caída del valor –ya pierde un 60% en lo que va de año- y que han acertado de pleno.
Casas de bolsa como Ahorro Corporación apuestan por un precio de emisión en la ampliación de 0,5 euros, muy cerca del mínimo de 0,4 euros previsto por el propio banco en el diseño de la operación. El banco cerró el viernes en 1,31 euros despuíés de un fuerte descenso del 5,27%.
Que la presión sigue intacta lo demuestran unas cifras elocuentes. Tres meses despuíés de la prohibición, las posiciones cortas sobre el Popular alcanzan el 5,76% del capital del banco, frente al 5,97% anterior al veto. Se trata de un retroceso insignificante. Los fondos han mantenido a toda costa sus posiciones bajistas apostando por lo que los test de estríés de Oliver Wyman han corroborado hace apenas tres semanas: el banco necesita capital por valor de 3.200 millones de euros.
Desde la publicación de las pruebas, el pasado 28 de diciembre, la presión bajista sobre el valor se ha hecho más patente aún. La otra vara de medir cuáles son las apuestas de los inversores, los valores prestados, tambiíén han subido desde entonces desde los 212 hasta los 227 millones de acciones. Es decir, el 10,5% del capital del grupo, una cifra muy elevada a pesar de que se ha diluido ligeramente gracias a la ampliación de capital que ha realizado el banco para canjear títulos convertibles. Las nuevas acciones empezaron a cotizar el viernes.
“La medida de la CNMV protege básicamente a Popular. Pero tambiíén al resto de los bancos, porque si la ampliación de capital falla es todo el sistema financiero español quien quedará en entredicho. Con la medida, Popular se garantiza que podrá finalizar la ampliación –tiene de plazo hasta final de año- con los ‘hedge’ atados de pies y manosâ€, aseguran en fuentes bancarias.
¿Demasiada caída?
A la espera de que la junta de accionistas del grupo apruebe la ampliación de capital el próximo 10 de noviembre, algunas grandes firmas creen que el castigo ya ha sido demasiado fuerte. Goldman Sachs ha sacado al valor de su ‘sell list’ con el argumento de que ha bajado un 20% desde la publicación de los test de estríés.
El banco estadounidense recuerda como -para gloria de los que apostaron por la caída del valor- el banco ha bajado un 60% en los doce últimos meses frente a la subida del 16% del Footsie World Europe. Ahora Goldman le da un precio objetivo de 1,40 euros por acción frente a los 1,70 anteriores. Tambiíén baja el pistón mínimamente uno de los 'hedge' más activos en el valor, Wellington Management, que reduce su posición corta del 0,95% al 0,88%. Un respiro testimonial, pero algo es algo.