Banco Popular sigue comprando acciones propias para intentar para el golpe bursátil de la ampliación de capital de 2.500 millones de euros que su consejo debe aprobar el próximo 10 de noviembre. Entre el 5 y 17 de octubre, la entidad ha comprado casi 8 millones de títulos, cifra que lleva la autocartera al 3,07% desde el 2,86% anterior.
Las compras dan continuidad a las que de forma masiva realizó el banco en las semanas anteriores. Entonces compró el equivalente al 0,73% de banco a precios entre los 1,49 y los 1,85 euros. El esfuerzo está resultando baldío, al menos de momento. Popular cerró ayer con una caída del 1,14% hasta los 1,29 euros, a un paso de los mínimos del año de julio.
La acción, que ya cayó algo más de un 5% el pasado viernes, está demostrando una escasa resistencia a la baja a pesar de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidió el viernes ampliar el veto sobre las operaciones bajistas hasta el 31 de octubre. Si las autoridades europeas lo permiten, la prohibición continuaría otros tres meses más desde el uno de noviembre.
Tras las últimas compras, la autocartera vuelve a superar el nivel del 3% por primera vez desde junio, antes de que el banco amortizara la gran mayoría de sus acciones propias para hacer frente al pago del dividendo complementario a cuenta de los resultados del año pasado.
Esta operación le ha supuesto al banco unas píérdidas de 70,6 millones de euros en sus operaciones de autocartera entre enero y junio. Es la diferencia del precio al que compró los títulos y al que cotizaba el valor cuando entregó las acciones a los inversores en concepto de dividendo.
La cantidad coincide casi exactamente con el valor de mercado de las acciones que desde el pago de dividendo ha comprado el banco y que han llevado la autocartera desde el 0,58% hasta el 3,07%.
No obstante, el número de acciones propias del banco aún está lejos del máximo del 4,04% que alcanzó la pasada primavera, cuando todo el sector bancario fue duramente penalizado por la salida de Rodrigo Rato de la presidencia de Bankia y la aprobación de un decreto ley que elevó en 30.000 millones de euros las provisiones de la cartera de críéditos y activos inmobiliarios del sector bancario.
A la espera de que el banco avance las condiciones de la ampliación de capital que servirá para cubrir las necesidades detectadas en los test de estríés de Oliver Wyman, la cotización acumula en 2012 una caída del 63%.
La dureza del castigo y la expectativa de que el veto a las posiciones cortas se mantenga varias semanas más ha hecho que dos de los tres ‘hedge’ más activos en el valor rebajen ligeramente la presión. Marshall Wace reduce desde el 0,79% hasta el 0,67% y Wellington desde el 0,95% hasta el 0,88%