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La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, descartó hoy hacer algún pronunciamiento sobre la legislación de distribución de las regalías petroleras, aprobada en el Congreso.
Todavía no tengo el texto y no puede decir nada antes de evaluarlo, destacó Rousseff a la prensa despuíés participar en la ceremonia de lanzamiento del Plan Nacional Alfabetización en el palacio de Planalto, sede de la Presidencia.
Los diputados desestimaron el martes último la propuesta del Ejecutivo de destinar a la educación el 100 por ciento de los lucros petroleros que se adquieren por la explotación de crudo y sancionaron otro proyecto que beneficia a estados y municipios no productores de dicho combustible.
Según una asesora de la jefa de Estado, la gobernante hará primero un análisis exhaustivo de la normativa antes de decidir si lo veta de la forma total o parcial o si lo sancionará por completo.
Uno de los participantes en esta ceremonia, el gobernador del estado de Ceará, Cid Gomes, señaló que habló con Rousseff sobre la legislación aprobada, la cual -dijo- beneficia a su territorio.
Gomes criticó la víspera las declaraciones del gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, quien advirtió que no será posible celebrar la Copa del Mundo y Juegos Olímpicos en su territorio sin los ingresos de las regalías petroleras.
Me niego a aceptar eso y creo que se trata de una forma de chantaje, aseveró al proponer realizar la Copa en Ceará "si no se puede Rio".
La máxima autoridad de Río de Janeiro solicitó a la jefa de Estado vetar la ley que establece una mejor equidad en el reparto de las regalías entre las regiones, sin contemplar si un estado produce o no petróleo.
Esta decisión afecta principalmente a Río de Janeiro, Sao Paulo y Espírito Santo, donde se ubica el 80 por ciento de las reservas probadas de crudo de Brasil y se estima que esos territorios dejarán de recibir unos cuatro mil millones de dólares anuales a partir del 2013 si la presidenta aprueba la legislación