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Autor Tema: Ni rastro aíºn del final de la peor crisis inmobiliaria de España  (Leído 111 veces)

Eguzki

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En los dos anteriores crac, acontecidos en la segunda mitad de 1978 y a finales de 1991, los precios de las casas bajaron un 35% y un 21% en tíérminos reales.
A comienzos del año 2008, cuando ya habí­a estallado la crisis de las hipotecas subprime en EE UU y en España comenzaba a ser una evidencia que se habí­a pinchado la burbuja inmobiliaria, los precios de la vivienda empezaron a reducirse, aunque de forma suave. Entonces, arreciaron las crí­ticas de quienes consideraban que cuanto más lento fuera el ajuste, más tiempo estarí­a el sector sumido en la crisis.

Esas mismas voces poní­an como ejemplo la rápida corrección sufrida por los precios de las casas en paí­ses como EE UU. En España, la primera reacción fue ajustar la oferta. Comenzaron de ese modo las primeras quiebras de grandes compañí­as del sector y volvió a verse en algunos enclaves la imagen de estructuras de hormigón abandonadas antes de concluir la construcción de las viviendas. La crisis estaba servida.

¿Quíé ha ocurrido desde ese momento hasta la actualidad? Un estudio elaborado por el Servicio de Estudios del BBVA ha comparado lo ocurrido en España y en otros paí­ses donde hubo boom inmobiliarios similares y en íél concluye que despuíés de cinco años la evolución de precios es ahora muy parecida.

Así­, España encadena veinte trimestres consecutivos de descensos en el precio de la vivienda, por lo que los pisos acumulan una depreciación del 32,2% en tíérminos reales, según BBVA Research. El mismo informe sostiene que con este ritmo de ajuste, es muy probable que la actual crisis acabe convirtiíéndose en la peor de la historia reciente.

Las dos anteriores se registraron en la segunda mitad de 1978 y a finales de 1991. En la primera, el precio de la vivienda en tíérminos reales descendió alrededor de un 35% y en la segunda algo más del 21%. La comparativa con lo que ha pasado en esas otras crisis del ladrillo demuestra que en el crac actual los precios empezaron a comportarse como en el pasado, registrando suaves descensos, "y es solo durante el último año cuando comienzan a desviarse, cayendo con mayor intensidad", sostiene el informe.

Además, BBVA Research incide en que este alejamiento del promedio no es un fenómeno exclusivo de la economí­a española, sino que tambiíén es compartido por aquellos paí­ses europeos que actualmente se encuentran sumidos en una crisis inmobiliaria. Especí­ficamente, en Reino Unido, Dinamarca, Irlanda y Holanda se aprecia cómo el recorrido del precio de la vivienda es relativamente parejo al observado en España y registra un significativo deterioro durante los últimos trimestres.

Los expertos destacan que este fenómeno se ha producido "precisamente cuando se ha intensificado la crisis de la deuda en Europa", matiza el economista jefe de Economí­as Desarrolladas de BBVA_Research, Rafael Domíénech. "El recrudecimiento de la crisis en la zona euro ha propiciado el repunte del desempleo y con íél la píérdida de confianza de quienes estaban pensando en comprar una vivienda", aseguran desde un portal inmobiliario.

Respecto a la evolución de la actividad económica, en España, la contracción inicial del PIB en la crisis inmobiliaria actual fue bastante más intensa y la recuperación posterior más lenta que lo ocurrido en otras crisis inmobiliarias.

"Las dificultades para acceder al críédito, fundamental en la adquisición de una casa, han hecho que este crac sea diferente a cualquier otro anterior y mientras esa variable no se recupere, no aumentarán las ventas de pisos y, por tanto, no se recuperarán los precios", afirman desde una pequeña inmobiliaria.

De hecho, mientras parece existir bastante consenso en que 2014 será el año de la recuperación de la actividad y el empleo, nadie se atreve a predecir cuándo dejarán de bajar las casas: "dependerá del barrio, imposible dar fechas", coinciden los analistas.

Para volver a ver grúas habrá que esperar hasta 2014
Los promotores defienden que sin el sector de la construcción España no podrá salir de la crisis. Por ello, reclaman más incentivos de todo tipo para procurar que el mercado absorba lo antes posible el ingente stock de casas sin vender (estimado en 700.000 inmuebles).

La razón es obvia: mientras exista tanta oferta por vender o alquilar, parece ilógico pensar que las empresas vayan a iniciar nuevas obras, por lo que por este lado no se activará ni la actividad económica ni el empleo. A la espera de que el banco malo tenga el efecto deseado, que no es otro que vender las viviendas de las entidades financieras a precios razonables, y de las medidas que contendrá el nuevo plan cuatrienal de ayudas al alquiler y la rehabilitación, BBVA Research calcula que en 2014 podrí­a tocarse suelo en la caí­da de la producción inmobiliaria.

Allí­ donde ya no queda apenas stock, se ha empezado a edificar tí­midamente, por lo que los expertos confí­an en que la mejora sea paulatina y dentro de dos años se puedan volver a ver las grúas. Y es que de las más de 800.000 viviendas al año que se llegaron a iniciar antes del pinchazo de la burbuja, la recesión ha reducido ese volumen a menos de 100.000.