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Autor Tema: Alemania teme que Florentino Píérez desguace Hochtief, la principal constructora  (Leído 137 veces)

Eguzki

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Si no hay sorpresas de última hora, Marcelino Fernández Verdes va a ser nombrado hoy consejero delegado de Hochtief, la mayor empresa constructora de la República Federal, con una plantilla de 80.000 trabajadores. Fernández Verdes pertenecí­a ya al comitíé ejecutivo y sustituye en el cargo a Frank Stieler, quien dimitió este fin de semana despuíés de apenas un año y medio en el puesto. Pero no es el único directivo alemán de Hochtief que tira la toalla: Manfred Wennemer, hasta ahora presidente del Consejo de Supervisión de la compañí­a, tambiíén ha anunciado que abandona el cargo a finales de año.

Dos marchas anticipadas en la cúpula de esta compañí­a que no han pasado desapercibidas por la prensa alemana, en la que se deja leer entre lí­neas que Florentino Píérez quiere trocear Hochtief para enjugar las deudas que tiene en España, especialmente las provocadas por la fallida operación en la toma de control de Iberdrola. Se habla incluso de que el objetivo inmediato es vender lo antes posible dos compañí­as filiales, como son Leighton en Australia y la norteamericana Turner, para obtener liquidez rápida. En todos estos planes Frank Stieler, siempre según la prensa alemana especializada, no habrí­a sido tan dócil a los dictados de Madrid como hubiera sido de desear, y Wennemer ha presentado la renuncia en solidaridad con su compañero.

Ya desde el momento en que Florentino Píérez anunció su intención de hacerse con una mayorí­a accionarial de Hochtief, en septiembre del 2010, sonaron todas las voces de alarma en el sector de la construcción alemana. Se veí­a en peligro una determinada concepción empresarial, que se vio refrendada cuando la mayorí­a de los directivos, con la excepción de Stieler, fueron mandados a la calle al entrar los españoles. Tambiíén se subrayaba el hecho de que ACS está muy centrada en actividades dentro de las fronteras españolas, con operaciones no siempre claras, mientras que Hochtief es una empresa sólida que desarrolla el 80 por ciento de sus actividades fuera de las fronteras de la República Federal.

El choque de criterios es evidente, pero tambiíén la constatación de que Florentino Píérez puede hacer lo que quiera, incluso engañar a sus propios accionistas. “Los propietarios -se leí­a hace dos dí­as en el Financial Times Deutschland- pueden hacer lo que les plazca: cambiar de estrategia cada dí­a, si quieren. Filetear la compañí­a, venderla, reestructurarla. Esto vale tambiíén cuando se trata de separar los trozos más sanos para tapar agujeros en otro lugar”. Pero el Sí¼ddeutsche Zeitung de ayer marcaba tambiíén unos lí­mites claros: los del respeto a aquello que se prometió a esos accionistas: “tan pronto como se hacen con el poder, tiran de la rienda. Da igual lo que prometieron antes. Todaví­a no se ha escrito el último capí­tulo en Hochtief. Pero existe una alta probabilidad de que la aventura española no salga bien para Essen (sede central de la compañí­a)”.