Standard & Poor´s (S&P) ha defendido que si España pidiera el rescate europeo de su economía no se vería afectado el rating de su deuda soberana, si bien ha alertado de que mantiene la perspectiva negativa ya que las exportaciones solas no van a permitir al país volver a crecer.
Así lo aseguró este martes la directora de Ratings Soberanos de la agencia, Myriam Fernández de Heredia, en una jornada organizada por Esade Alumni en la que apuntó que, con la ayuda al sector financiero, "el país ya está rescatado".
Por otro lado, apuntó que la situación española no se puede comparar con la de Grecia, ya que el país heleno "no ha cumplido con los inversores, ni con el pago de sus obligaciones". De esta forma, aseveró que la situación de Grecia "no se puede comparar con la de España porque el punto de partida ya era muy distinto".
Fernández de Heredia añadió que la agencia no contempla la ruptura del euro y apuntó que "si España se mantiene en la Eurozona no se va a producir una reestructuración de la deuda española". Del mismo modo, afirmó que "el riesgo a corto o medio plazo de ruptura de la zona euro no existe".
No es suficiente con exportar
Fernández de Heredia tambiíén ha alertado de que la exportación "por sí sola no va a permitir a la economía española crecer", ya que supone el 30% del PIB, y el 70% es mercado interno, que sigue contraído en consumo e inversión, por lo que la agencia mantiene la perspectiva negativa de su rating a España.
En la sesión, que trató sobre el desapalancamiento de la economía española, ha señalado que no se trata de una crisis fiscal porque las cuentas públicas españolas estaban saneadas antes de la crisis, sino de una crisis de balanza de pagos, porque había acceso fácil a mucho dinero y barato en el exterior.
Así, ha considerado que "llevará años" reducir el stock de deuda externa, y esto puede drenar el crecimiento de la economía española, que se debe compensar con otros elementos, como está pasando con las exportaciones, pero a las que se les deben añadir más palancas para el consumo y la demanda interior.
Asimismo, ha añadido que S&P percibe voluntad por parte de las autoridades europeas de romper el vínculo entre deuda soberana y sistema financiero, y que la UE tiene voluntad de ayudar a los países con problemas, con mecanismos "a la altura de las circunstancias" mientras estos países ejecutan reformas estructurales.
Con todo, Fernández de Heredia ha justificado la perspectiva negativa porque "hay incertidumbre sobre cuándo se pondrán en marcha las medidas y sobre los incentivos" de cumplimiento, a la vez que existe indeterminación sobre cuánto durará el proceso de aplicación, pero tambiíén ha afirmado que la calificación de los países de Europa es todavía sólida.
Para S&P, el riesgo a corto-medio plazo de una ruptura de la zona euro "ahora no existe", y respecto a la posible salida de Grecia, le otorga una baja probabilidad de 1 sobre 3, aunque sí ve probable que vuelva a reestructurar su deuda.
Una díécada de desapalancamiento
Por su parte, el economista jefe del Grupo BBVA, Jorge Sicilia, ha coincidido con la representante de S&P en que el proceso de desapalancamiento será largo en España: "Puede durar una díécada, pero no quiere decir 10 años de recesión; ya ha empezado en el sector privado, y queda más camino por recorrer en el público".
Ha argumentado que el apalancamiento privado es serio, pero concentrado en el sector de la construcción, y el sector público tambiíén está tomando medidas, mientras que el sistema financiero está completando su reestructuración --ha pasado de provisiones por 45.000 millones de euros en 2008 a 112.000 en septiembre de 2012-- para volver a la normalización del críédito.
Además, Sicilia ha lamentado el muy difícil acceso a la financiación y su alto coste en los países perifíéricos de la Eurozona, especialmente en momentos de debilidad de Europa, como las crisis con Grecia, y ha señalado a "una decisión política muy importante: en quíé utilizar el endeudamiento actual, decidir quíé es rentable y quíé no, para poder salir antes de la crisis".
"Estos procesos están sobrediagnosticados sobre lo que se debe hacer; hay que hacerlo y cuando antes mejor; lo difícil es políticamente llevarlo a cabo", ha aseverado, en lo que ha considerado que supone un proceso doloroso pero necesario.
El economista jefe del Grupo BBVA ha ejemplificado que se debe impulsar el crecimiento de las pymes; que a la reforma laboral "le queda una vuelta de tuerca" para romper con la dualidad de la contratación, reducir los contratos temporales y favorecer la movilidad geográfica interna y externa; que la reforma financiera no se puede quedar a medias, porque ya está muy avanzada y se debe completar tras los errores del pasado, y que la consolidación fiscal avanza, pero debe seguir.