Por... DAVID ESPO
WASHINGTON -- Un mes antes de que se cumpla el plazo, las negociaciones entre el presidente Barack Obama y los republicanos para evitar que la economía se precipite a un abismo fiscal siguen en una etapa preparatoria. Las negociaciones importantes siguen estancadas mientras las partes siguen buscando cierta palanca política.
Así se llegue a un acuerdo o no, nada parece estar claro hasta que estíé cercano el plazo de fin de año, cuando el aliciente de partir con motivo de las fiestas de fin de año agudice la mente de los negociadores.
"Hay un estancamiento. No nos engañemos", destacó el viernes el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner, de Ohio, cerrando una semana de teatro político por parte de un gobierno dividido. "En este momento no hemos llegado a ningún sitio", agregó.
El líder republicano habló mientras Obama casi se refería a los republicanos como los villanos sin corazón de los cuentos de Charles Dickens. Al no haber aprobado una extensión del recorte de impuestos a la clase media podría ser equivalente a un "trozo de carbón" de Navidad para millones de personas, destacó Obama en Hatfield, Pensilvania. "Es el aguafiestas de la Navidad", agregó el presidente recientemente reelegido, que afirma que tiene el mandato de los votantes para ampliar el actual gravamen para todo menos para los de mayores ingresos.
Boehner tambiíén se atribuye tener el mandato de los votantes despuíés que los republicanos mantuvieron la mayoría de la Cámara de Representantes el 6 de noviembre. Sin embargo, el poder político del presidente de la cámara se ha debilitado, despuíés de su anuncio post electoral de que el Partido Republicano pondría el asunto de los impuestos a los ingresos en la mesa de negociaciones. Su control parece haberse erosionado aún en las semanas que siguieron, despuíés que algunos republicanos dijeron que podrían apoyar el plan tributario del presidente Obama bajo las circunstancias correctas.
"Aumento tributario, si el paquete incluye una importante reforma de los programas sociales que contribuyan de 4 a 6 billones de dólares (en reducción del díéficit presupuestario) en un lapso de 10 años, yo podría votar por eso", señaló el viernes el representante saliente Steve LaTourette, de Ohio, a los periodistas. Su correligionario el representante Charles Bass hizo declaraciones parecidas.
Boehner se opone al aumento de los impuestos, sin embargo no se negó abiertamente durante la jornada. En cambio fue un paso que tomó el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, de Virginia. "No deseamos que se incrementen los impuestos, no vamos a aumentar los impuestos", afirmó.
Por su parte, los demócratas decidirán cuánto podrán ahorrar con recortes a los programas públicos como el seguro míédico a los jubilados, Medicare; a los indigentes, Medicaid, y posiblemente a las pensiones del Seguro Social sin reducir los beneficios garantizados, algo que juraron no tocar al iniciar las negociaciones presupuestarias.
Obama trata de obtener mayores ingresos para ayudar a los desempleados, a los propietarios de viviendas cuya propiedad ha declinado a un menor valor del monto de sus hipotecas, a los míédicos que tratan pacientes bajo el seguro de salud pública Medicare y a los asalariados.
A su vez el presidente reduciría un monto no especificado este año y haría ahorros de hasta 400.000 millones de dólares a Medicare y otros programas sociales en el 2013.
Los republicanos dijeron que les sorprendía el plan y los demócratas se preguntaron en voz alta por quíé.
"Cada bando debe someter una cuota inicial. Ya lo hemos hecho. Nuestras preferencias son los ingresos. ¿Cuáles son las de ellos?, se preguntó el senador demócrata Chuck Schumer.