Publicado el 28/08/2008, por A.C.A. Valencia
El equipo amenaza con demandar a su patrocinador, Valencia Experience, por impago. El club tendría que pagar otros tres millones para ‘borrarlo’ de su elástica.
"¿Y eso de Valencia Experience quíé es?". Esta fue la pregunta que se extendió por la capital valenciana cuando hace cuatro meses se hizo público el acuerdo por el que esta empresa desconocida iba a estampar su marca en las camisetas del Valencia Club de Fútbol a cambio de seis millones de euros por una temporada. Una operación que suponía duplicar la cifra que aportaba el anterior sponsor valencianista, Toyota.
A apenas tres días del comienzo de la Liga, la enseña que luce en su equipación no sólo no ha dado ni un solo euro, sino que amenaza con generar píérdidas para una sociedad deportiva que no atraviesa su mejor momento. El Valencia ha enviado un requerimiento a su patrocinador en que le da diez días para que haga frente al pago o acudirá al juzgado.
La historia de este contrato se remonta a diciembre del año pasado, con el anterior equipo gestor del Valencia con Juan Soler. La desconocida Valencia Experience era una marca registrada por la empresa de publicidad Laterne Product Council, controlada por Vicente Sáez Merino –primo del consejero delegado del grupo textil Sáez Merino, fabricante de Lois, que no tiene relación con esta compañía–. Sus promotores anunciaron que se utilizaría para organizar actos culturales, deportivos y musicales que aprovechasen el tirón de los grandes eventos que acoge Valencia, como la Copa Amíérica. Además, aseguraban que tras ella se encontraban importantes empresarios locales. Según el Registro Mercantil, Laterne facturó 1,9 millones de euros en 2006.
Con el paso de los meses esos nuevos socios y el dinero no han aparecido. Según el equipo, el patrocinador no ha aportado en julio dos millones de euros, ni siquiera constan los avales por tres millones que debían respaldar el contrato. Valencia Experience ha alegado que las condiciones de mercado habían cambiado y que consideraba necesario renegociar. El patrocinador incluso ha defendido que la crisis del club, con la llegada y fulgurante salida de Villalonga y el traspaso de poder a Vicente Soriano, actual presidente, había dañado su imagen.
Sobrecoste
Pero el problema no es sólo la falta de los ingresos. Borrar Valencia Experience de su camiseta le puede costar tres millones de euros, según las claúsulas que mantiene con Nike, la firma que le viste. Para cambiar la ropa y volver a sacarla a la calle con un nuevo sponsor son necesarios al menos cuatro meses, con lo que no sería factible hasta enero. Así las cosas, el propietario de Mestalla prácticamente asume como un mal menor llevar la marca morosa esta temporada y, una vez resuelto el contrato, lograr otros patrocinadores que cubran su hueco en otros formatos. El agujero en sus ingresos, cuando acaba de desechar el traspaso de su principal estrella, David Villa, con una renovación multimillonaria, será mucho más difícil de cubrir.
