La vorágine de Sánchez Galán
El presidente de Iberdrola se ve envuelto en la polémica tras filtrarse una supuesta relación con Villarejo
Palacio Euskalduna de Bilbao. Viernes 29 de marzo de 2019.
Ignacio Sánchez Galán ha dado carpetazo a la Junta General de Accionistas de Iberdrola otro año más e invita a los asistentes a disfrutar del aperitivo.
Al poco, en un hall todo vestido de verde iberdrola, el presidente de la eléctrica aparece rodeado de varios asistentes con corbatas del mismo color, reparte saludos de grupo en grupo y se hace fotos sin parar.
Hay parabienes para todos.
Acababa de superar una junta sin conflictos, en la que, tras resaltar que por primera vez Iberdrola había superado los 3.000 millones de beneficios, anunció un aumento del dividendo.
Ahí quedó la cosa. Pero hubo quien apuntó entonces a José Manuel Villarejo y sus insinuaciones de haber espiado para más compañías que el BBVA. El comisario jubilado, en prisión preventiva, lo haría explícito en agosto en una carta que hizo sudar a todo el Ibex 35. Disparó contra Repsol, Indra, CaixaBank, Iberdrola, Santander, Planeta, Mutua Madrileña, Telefónica “y tantas otras que puedan sufrir el mismo destino”. También habló de “manos negras” y de “tirar de la manta”.
Argumento sólido para recibir el respaldo a su renovación para cuatro años más, es decir, hasta los 72, y contestar que “el consejo tiene perfectamente definidos los planes sucesorios” a una pregunta aparentemente inocente.