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Autor Tema: Grecia saldrá del euro en 2013... y España en 2014 por la imposibilidad de crear  (Leído 144 veces)

Eguzki

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Grecia saldrá del euro en 2013 y España en 2014, y será el paro y la incapacidad de ambos paí­ses de crear empleo el motivo del ‘nuevo Lehman’, que provocará una caí­da de 9 meses en los mercados antes de experimentar un fuerte rebote, como ocurrió en 2008.

Al menos eso defiende Charles Robertson, de Renaissance Capital, en su último informe macroeconómico en el que argumenta que el proceso será “rápido” e “impredecible” y recuerda cómo, durante la Gran Depresión, paí­ses con tasas de desempleo similares a las que sufre actualmente España abandonaron los tipos fijos del patrón oro para superar la crisis. España necesita la devaluación para ser competitiva y volver a crecer, como en los años 80, cuando con un paro del 20% se sirvió de debilitar la peseta para ayudar a crear puestos de trabajo.

Una tesis que dista mucho del momento de complacencia que viven los mercados y especialmente España, alimentado por algún dato positivo, un desplome de los costes de financiación, el rally del Ibex 35 y la píérdida de fuerza de la petición de rescate.

La clave está en el “grado de dolor que puede aguantar la población” y asegura que se va a “poner a prueba la fortaleza y resistencia de los españoles como nunca antes en la historia se ha hecho con una sociedad”.

Robertson parte de la previsión del Fondo Monetario Internacional del pasado mes de octubre, cuando aseguró que el crecimiento máximo que España puede esperar en 2017 es de apenas un 1,7%, muy bajo para que el paí­s pueda crear empleo -teniendo en cuenta que desde 1981 el paro no ha disminuido con crecimientos inferiores al 2,5%- incluso asumiendo que la reforma laboral rebaje ese crecimiento al 1,5%-1,7%. De hecho, con estos números, la firma de inversión avisa de un paro cercano al 30% dentro de cuatro años.

Incluso si se atiende a las previsiones de la Comisión Europea o de la OCDE, con tasa de desempleo del 26%-27%, lo cierto es que los españoles van a llegar a 2014 sin ningún tipo de esperanza de mejora y, aunque realmente la economí­a comience una fuerte recuperación para entonces, sus efectos no se sentirán en la población hasta más adelante.

Por ese motivo, asume que los españoles –que ya mostraron su enfado contra el Gobierno anterior con un descalabro histórico del PSOE en las urnas en 2011- constatarán que “Mariano Rajoy les ha fallado” y “la gente tomará las calles para exigir el cambio”. Aun si el Partido Popular aguantara hasta las elecciones de diciembre de 2015, “es difí­cil que el electorado tenga paciencia” y si bien en estos momentos no hay alternativa polí­tica, “tampoco nadie en Grecia habí­a oí­do hablar de Alexis Tsipras antes de mayo de 2012, y en junio era uno de los candidatos plausibles a primer ministro”.

Los antecedentes del patrón oro

Aunque esta situación parece descabellada, una de las cosas que nos ha enseñado la historia es que el abandono de un ríégimen de tipo de cambio fijo es algo completamente impredecible, incluso con tres meses de antelación.

Así­, por ejemplo, el presidente Franklin D. Roosevelt prometió no sacar a EEUU del patrón oro durante la campaña de las elecciones de 1932 y al poco de llegar a la Casa Blanca la situación económica del paí­s le obligó a ello. Lo mismo ocurrió en el Reino Unido en 1931, despuíés de que el gobierno de coalición se viera abocado a llevar a cabo fuertes recortes, como el de los salarios públicos; o en los Paí­ses Bajos, que con un paro del 32,7% hizo lo propio en 1396.

“Actualmente nos encontramos en el momento equivalente a 1934, un año despuíés de que EEUU abandonara el patrón oro (con un desempleo de entre el 21% y el 25%) y tres años despuíés de que el Reino Unido liderara a un número de paí­ses europeos en la salida del tipo fijo del oro”, asegura Robertson. “Estos paí­ses, desde Suecia a Reino Unido, sufrieron menos la Gran Depresión, mientras los que devaluaron más tarde, Francia, Paí­ses Bajos y Polonia, sufrieron más tiempo”.

Todo esto, trasladado al momento actual, nos viene a decir que no debemos preocuparnos en exceso por Irlanda, Portugal o Italia, con tasas de paro de entre un 15,5% y un 10,6%, y sí­ por España y Grecia.

Grecia comenzará la recuperación antes que España

De hecho, si el experto fija en 2014 la salida de España del euro, Grecia tiene el camino de su salida más avanzado y se producirá tan pronto como este mismo año, con la caí­da del Gobierno provocada por una población que ya no puede aguantar más el estrangulamiento de los recortes impuestos desde Bruselas y la llegada de Alexis Tsipras al poder.

Así­, despuíés del shock inicial, con el normal caos económico posterior a una devaluación y un default -que no será tanto ya que los inversores han venido progresivamente reduciendo su exposición sobre el paí­s- y que se podrí­a traducir en caí­das de entre un 10% y un 20% en las bolsas durante un trimestre, “para finales de 2014, la recuperación de exportaciones griegas habrá comenzado y el fuerte crecimiento y la creación de empleo en 2015 será tentador para España, como el boom de Reino Unido y Alemania a mediados de 1930 lo fue para los Paí­ses Bajos o Francia en 1936”.

Respecto a la posible oposición de Alemania a una ruptura del euro y las teorí­as que apuntan a que el motor de Europa necesita una moneda díébil y que la revalorización de la divisa destruirí­a su competitividad, el analista de Renaissance Capital argumenta que “Alemania es un paí­s de ahorro” y esto significa que “esos ahorros proveerán de una fuente barata de financiación al sistema bancario y, en consecuencia, al sector privado, que invertirá en ser más eficiente”. De hecho, con la apreciación del marco en los años 80 frente al dólar, que pasó de los 3,2 a los 1,5 dólares, la base exportadora de Alemania no se destruyó.

Por otro lado, sobre las palabras que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, pronunció en agosto acerca de la irreversibilidad del euro, y que hará todo lo que sea necesario y "será suficiente", que se materializaron en el anuncio de un programa de compra de bonos en septiembre, Robertson asegura que “el apoyo del BCE es más una aspirina, que una cura” y asegura que “lo que realmente necesita España, y lo que necesita cualquier paí­s cuando su economí­a es díébil, son tipos de interíés negativos en tíérminos reales”.

El espejismo de los últimos brotes verdes

Así­, sobre los últimos brotes verdes que se empiezan a ver en forma de productividad y balanza comercial, el experto asegura que la mejora de los costes laborales procede en parte de la caí­da de los salarios, pero tambiíén del aumento del desempleo al 25%. “Si el paro subiera al 50%, el dato serí­a probablemente mejor aún, pero no es polí­ticamente sostenible. España necesita creación de empleo, y urgentemente, y eso no está en el mandato del BCE”. Y es que tambiíén la productividad creció durante la Gran Depresión…

En cuanto al aumento de las exportaciones de bienes y servicios, estas representan un 35% del PIB, lo que supone poca variación desde el 34% en 2011 o del 32% en 2001. Y el PIB ha caí­do un 15% desde 2007. “El aumento de la balanza por cuenta corriente de en torno al 2% del PIB desde un díéficit del 10% parece positivo, pero se debe al colapso de la demanda interna, lo que supone que España no saca capital fuera del paí­s, pero tampoco entra”.

Con todo, la cuestión más importante para los inversores de cara a los próximos años es si España abandona la Eurozona. Si finalmente ocurre, como asegura Robertson, veremos una reacción similar en los mercados a la que ocurrió en el último trimestre de 2008 tras la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers, en septiembre de ese año, con desplomes del 50% en la renta variable, para despuíés rebotar con fuerza entre los tres a nueve meses siguientes. En este escenario, muchos bancos tendrán que ser nacionalizados y el mundo experimentará otro shock económico global