Los mercados no se deciden entre los números rojos o los negros antes de que empiece la sesión en Europa. Tras la corrección de ayer, Wall Street no ha dado pistas sobre la tendencia a seguir, si bien el Nikkei ha vivido la mayor caída en ocho meses.
Estados Unidos optó ayer por subir, quitando argumentos para la corrección en la apertura europea. Los buenos datos de comercio minorista pudieron más, esta vez, que el temor a que las discprepancias entre la clase política empantanen la economía a cuenta del techo de deuda. No subieron mucho los índices, alrededor de un 0,2%, pero sí corrigieron una apertura dubitativa.
Así las cosas, Europa sigue sin decidirse. Los futuros sobre el Footise no marcan cambios, despuíés de que ayer todos los principales índices corrigiesen tras las subidas de arranque de año. La cautela, de hecho, se trasladó a la deuda, y la prima de riesgo rozó los 355 puntos antes de que la subasta la devolviese por debajo de 350.
Las previsiones del Banco Mundial para la eurozona, para la que espera una contracción económica del 0,1%, no ayudan a mantener el buen tono en los mercados. El único dato positivo es la cotización del euro, que repunta levemente hasta 1,33 dólares. La cotización de la divisa, en los últimos tiempos, va ligada a los mercados, y cuando sube el euro, sube la Bolsa.
Tambiíén las divisas tuvieron que ver en la fuerte caída que sufrió la Bolsa de Tokio. El índice Nikkei cayó el 2,6% arrastrado por la revalorización de un 0,7% registrada por el yen. La debilidad de la divisa, vinculada a la laxitud monetaria del Banco de Japón, había llevado la Bolsa a máximos de 32 meses, por lo que cabía esperar la corrección.
