La recesión en Europa comienza a pasar factura a las exportaciones españolas. Aunque tambiíén a las de Alemania, que ha visto cómo su histórico superávit comercial con España -3.544 millones de euros- ha caído un 58% durante los once primeros meses de 2012 respecto del mismo periodo del año anterior.
La causa de este retroceso tiene que ver con el desplome de las ventas germanas en España, que si al comenzar la crisis, en 2007, superaban los 42.000 millones de euros, el año 2012 se habrá cerrado con una cifra próxima a los 28.000 millones. Una profunda caída que explica el deterioro de la economía alemana, afectada por el desplome de la demanda interna en los países del sur de Europa.
En el caso de España, la recesión europea está significando, igualmente, un enfriamiento progresivo de las ventas al exterior, aunque con menor intensidad. Hasta el extremo de que, según el Servicio de Estudios del BBVA, la información más cercana (la correspondiente al mes de noviembre) refleja ya un descenso del 3% en volumen en tíérminos intermensuales (respecto del mes anterior) corregida la serie de efectos estacionales y de calendario. Una tasa que contrasta con “el tono expansivoâ€, sostienen los economistas del BBVA, registrado el mes anterior: un 2,2% en octubre.
El caso alemán, sin embargo, es mucho más significativo, toda vez que sus exportaciones destinadas a España están cayendo a un ritmo del 11,8%, es decir, cinco veces más que lo que están retrocediendo las compras españolas al exterior a consecuencia de la recesión.
La buena noticia para España es que, al mismo tiempo, sus exportaciones a Alemania están creciendo un 7,4%, el doble que en el conjunto del planeta. Las exportaciones hacia Alemania (el segundo socio comercial de España), de hecho, son las que están salvando la balanza de mercancías.
Las ventas a Francia, Italia y Reino Unido se encuentran, por el contrario, en tasas negativas, síntoma inequívoco del estancamiento económico en la mayoría de los países de la UE. Por el contrario, están creciendo de forma relevante las ventas destinadas a Latinoamíérica y Asia, todavía con altas tasas de actividad económica. El problema es que estas regiones apenas representan el 12% de las exportaciones totales.
Alta dependencia de la UE
Este enfriamiento de la economía continental afecta sobre todo a países como España, toda vez que nada menos que el 63% de las exportaciones se destina a la Unión Europea, y por eso España sufre en mayor medida la crisis que otros países europeos.
Mientras que en la zona euro están creciendo las exportaciones un 4,4%, en España aumentan un 3,7%. De hecho, el -0,6% de noviembre en tíérminos nominales contrasta con el 2,6% que están creciendo en la Unión Europea, que disfruta de mercados más diversificados. Los productos energíéticos son los que están contribuyendo más al deterioro del ritmo de crecimiento de las exportaciones.
Lo preocupante es que la tendencia es a empeorar. Las importaciones -que reflejan en buena medida la coyuntura económica- cayeron un 6,1% en noviembre en tíérminos anuales, muy lejos del -0,4% que están descendiendo en los países del área del euro.
Aun así, y según los datos de Comercio, durante el periodo enero-noviembre de 2012, el superávit no energíético continuó en niveles históricamente elevados. Se ha pasado de un díéficit de 6.018 millones de euros en el mismo periodo de 2011 a un superávit de 12.950 millones de euros el año pasado hasta noviembre. Sin duda, a consecuencia del hundimiento de las importaciones. El díéficit comercial, de hecho, se sitúa en 29.340 millones de euros, el tercer peor registro de la UE.