Santander, BBVA, CaixaBank, Popular, Sabadell y Bankinter han conseguido sólidos incrementos de los recursos minoristas en balance, aprovechando las dudas de los clientes sobre la solidez de las entidades con problemas.
Los españoles quieren que sus ahorros estíén a buen recaudo e incluso parece que prefieren perder algún punto de rentabilidad a cambio de no tener sobresaltos. Esto indican los números sobre la evolución del pasivo minorista en manos de los principales bancos saneados del país, que ya han presentado sus resultados anuales.
De acuerdo con las cifras presentadas, Santander, BBVA, CaixaBank, Popular, Sabadell y Bankinter incrementaron sus saldos de recursos minoristas en 115.433 millones a lo largo de 2012, un año en que la banca española no ganó para sustos, con la nacionalización de Bankia y la petición de rescate a Europa para poder sanear el sistema financiero. Cabe recordar que cuatro de estas seis entidades protagonizaron operaciones corporativas que alteran el perímetro de la comparación: BBVA se hizo con Unnim; CaixaBank con Banca Cívica; Popular con Banco Pastor y Sabadell con CAM. Estas absorciones explican en parte la subida de depósitos que han registrado estas entidades, según ellas mismas reconocieron en sus respectivas presentaciones.
Sin embargo, parte de los incrementos tambiíén se deben a que estos bancos, que no han requerido ayudas públicas, han conseguido captar parte del ahorro que antes los clientes guardaban en entidades que han pasado por serias dificultades. Ya es público que, por ejemplo, Bankia, sufrió una cuantiosa fuga de depósitos en los meses contiguos a su nacionalización, cuando aún no estaba claro el futuro de la entidad. Una tendencia que, en el caso del banco que preside Josíé Ignacio Goirigolzarri, ha empezado revertirse desde despuíés del verano. Bankia aún no ha presentado sus resultados anuales, pero de acuerdo a los últimos datos ofrecidos por la patronal de cajas CECA, en noviembre recuperó el 2% de su base de depósitos, confirmando así el cambio de tendencia que empezó en octubre.
Santander y Bankinter, sin ayuda de las fusiones
En el caso de Santander y Bankinter, el crecimiento de los depósitos no ha sido ayudado por el aumento del perímetro en España, sino, simplemente, por la capacidad de captación en sus respectivas redes.
El banco que preside Emilio Botín cerró el pasado ejercicio con 202.000 millones de euros de pasivo minorista del sector privado español, 22.000 millones más. De esta cifra, 85.000 millones corresponden a ahorro a la vista (cuentas corrientes); 106.000 a los depósitos propiamente dichos y 11.000 millones a pagaríés. A su vez, la entidad que dirige María Dolores Dancausa mejoró su saldo un 10%, hasta 24.643 millones.
En el caso de Sabadell, la incorporación de Banco CAM, que adquirió en subasta a finales de 2011 por un euro, influye de una forma importante, aunque tambiíén hubo crecimiento orgánico. Del total de 26.825 millones de incremento del saldo, casi 21.000 millones procedieron de la adquisición y los restantes 5.900 de la captación en redes.
En cambio, CaixaBank habría reducido el total de sus depósitos minoristas si no hubiese sido por la absorción de Banca Cívica. La entidad informa de que la subida de más del 22% que se apuntó en esta partida habría sido un descenso del 4,2% a perímetro constante. La explicación es que CaixaBank ha empezado un proceso de “limpieza de los depósitos de escaso valor añadido†que le ha aportado Banca Cívica. El banco que preside Isidro Fainíé, asegura que “a partir de una excelente situación de liquidezâ€, se ha podido permitir el lujo de no entrar en guerras de precios para captar el pasivo, buscando así preservar los márgenes de la cuenta.
BBVA no ha especificado en su presentación de resultados lo que ha supuesto Unnim para el crecimiento de sus depósitos, que en total aumentaron en 21.400 millones. Tampoco ha proporcionado este desglose Popular, que impulsado por la compra de Pastor, ha mejorado su pasivo minorista en 13.383 millones.
Adiós a los superdepósitos
A principios de este año, las entidades financieras españolas han recibido una recomendación del Banco de España para que limitaran las rentabilidades ofrecidas a los depósitos y otros productos de pasivo que distribuyen entre sus clientes minoristas. En concreto, el regulador quiere que los bancos no ofrezcan más del 1,75% para los depósitos hasta un año de plazo; el 2,25% para el plazo de hasta dos años y el 2,75% para plazos superiores.
Los responsables de los principales bancos españoles se han mostrado conformes con esta decisión del regulador. De hecho, en el mercado se comenta que han sido los mismos bancos en posición más sólida que han presionado al Banco de España para que intentara parar la guerra del pasivo que se volvió a desatar cuando, el pasado septiembre, Economía eliminó la anterior penalización a los superdepósitos que había establecido en 2011 el anterior Gobierno socialista.
Los consejeros delegados de Santander y BBVA, Alfredo Sáenz y íngel Cano, coincidieron, además, en defender que el regulador no ha intervenido en las libres decisiones del sector, ya que no ha impuesto una limitación. En su opinión, sólo se trata de una recomendación que, además, el gobernador, Luis María Linde, tiene todo el derecho de realizar, porque el excesivo coste del pasivo minorista está dañando gravemente el margen de interíés de algunas entidades, lo que tiene repercusión sobre su solvencia.
Lo que está claro es que, efectivamente, el castigo previsto para quien no respete los límites, que consiste en una mayor exigencia de capital, se aplicará de forma discrecional El gobernador decidirá quíé bancos tienen que procurarse un buffer adicional de capital si quieren competir en depósitos a golpe de talonarios, en función de su situación de rentabilidad y solvencia. Se da por hecho que las entidades nacionalizadas y, en general, las que hayan recibido ayudas públicas, serán las que tengan que seguir a rajatabla la recomendación. Y, a los demás, les convendrá respetarla ya que, sin competencia, no necesitan rascarse los bolsillos para conseguir depósitos.