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Tras una semana de avance del real brasileño, el Banco Central (BCB) intervino para frenar esta escalada y evitar que el tipo de cambio alcanzara las 1,85 unidades por dólar estadounidense.
Esta operación permitió que la moneda local se depreciara 0,4 por ciento y la jornada terminara en 1,974 reales por dólar, pero -según los analistas financieros- el objetivo del gobierno federal es lograr una tasa de cambio de dos por uno.
El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, afirmó en días pasados que no se permitirá una nueva caída del tipo de cambio, pues el objetivo es mantener la competitividad de sus exportaciones.
El BCB realizó la víspera una subasta de swaps cambiarios reversos, que equivale a la venta de dólares en el mercado a futuro, operación que no se realizaba desde finales de octubre último, con el propósito de frenar la escalada del real sobre la moneda estadounidense.
Una valoración del real encarecería las exportaciones brasileñas y dispararía la inflación, la cual en enero último alcanzó el 0,86 por ciento, 0,07 más con respecto a diciembre.
Se trató de un índice alto en el primer mes de este 2013, el mayor reportado desde abril de 2005, que elevó la tasa interanual al 6,15 por ciento, según fuentes oficiales.
Los incrementos en los costos de los alimentos fueron los que más influyeron en el disparo del nivel inflacionario, lo cual preocupa el gobierno federal, cuya presidenta, Dilma Rousseff, anunció una posible eliminación de los impuestos a los productos de la canasta básica para hacer caer sus precios.
Si a este problema se suma el avance del real entonces el gobierno tendrá dos obstáculos para impedir que los precios suban más y la inflación se dispare, destacaron analistas de mercado.
Los especialistas financieros recordaron que el tipo de cambio puede ser un arma de combate al incremento de los precios.