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Autor Tema: ¿Quiíén dejó sin rescate a Orizonia: Botí­n, Lazard, Barceló o Hidalgo?  (Leído 159 veces)

Eguzki

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Un año despuíés, Orizonia todaví­a no tiene resuelto su futuro. El pasado viernes, el grupo turí­stico español se vio obligado a solicitar el preconcurso de acreedores para evitar el incumplimiento de sus obligaciones financieras con sus proveedores. El dinero que debí­a aportar su nuevo propietario, Juan Josíé Hidalgo (Globalia), ha quedado en suspenso hasta que la Comisión Nacional de Competencia (CNC), que ha prorrogado su informe sobre la operación dos meses despuíés de su anuncio, se pronuncie al respecto.

La espantada de Pepe Hidalgo, a la espera del sí­ absoluto de Competencia, complica la supervivencia de Orizonia, atascada desde hace año en resolver su viabilidad despuíés de que su accionista original, el fondo de capital riesgo Carlyle, decidiera dar por concluida su etapa en el operador turí­stico ante la imposibilidad de rentabilidad su inversión. Desde ese momento, en la previa del verano de 2012, los acreedores y los otros dos accionistas minoritarios, los fondos Vista Capital e ICG, tomaron las riendas.

El proceso de refinanciación de Orizonia abrió la puerta par que los dos fondos de inversión se convirtieran en los nuevos propietarios. A cambio de una reestructuración de los 600 millones de deuda con una importante quita, Vista Capital (private equity del Banco Santander) e ICG (especializado en mezzanine) estaban dispuestos a inyectar dinero fresco con el que recapitalizar la compañí­a y liderar la nueva etapa. La operación dejaba a Carlyle fuera y garantizaba las necesidades financieras para seguir operando.

Cuando todo parecí­a resuelto, los bancos acreedores (liderados por Bankia y Santander) se abrazaron a la propuesta de emergencia abanderada por Barceló. El grupo turí­stico mallorquí­n consiguió irrumpir en la operación de la mano del banco de negocios Lazard, que despuíés de remover entre las más altas instancias del Banco Santander consiguió bloquear la opción de Vista Capital-ICG y colar a su cliente, un industrial del sector capaz de absorber y optimizar ví­a sinergí­as al rescatado Orizonia.

Esta inesperada situación dio pie, de manera paralela, a una particular venganza. Como encargado del negocio de viajes de Barceló, el directivo Gabriel Subí­as era el responsable de ejecutar la absorción de Orizonia, su antigua casa, donde hizo carrera con la familia Fluxá y terminó de manera abrupta como consejero delegado tras desavenencias con Carlyle. A cambio de un pico de 60 millones de euros, el destino le brindaba la posibilidad de convertirse en lí­der en un alicaí­do sector y ajustar cuentas con el pasado.

Veto de ICG a la opción Barceló

Sin embargo, Barceló fue dueño de Orizonia una semana. Las formas del comprador colado a la fuerza por Lazard desataron la ira del fondo ICG, que en un tenso consejo de administración esgrimió, con un informe sobre la gestión de Subí­as durante su mandato (caso Marsans), que preferí­a llevar la compañí­a a concurso de acreedores antes que entregarla al candidato aceptado por los bancos acreedores. Un órdago que deshací­a lo andado y obligaba a una solución de urgencia para no acabar con 5.000 empleos.

En ese momento, a la desesperada, la alternativa de Globalia apareció como único salvavidas. A lo largo de un freníético fin de semana, Pepe Duato, consejero delegado de Orizonia y a la sazón amigo y antigua mano derecha de Pepe Hidalgo, explicó al dueño de Viajes Halcón y Air Europa el estado de la situación y la oportunidad de reemplazar a Barceló de la operación por el mismo precio, 60 millones de euros. No hubo tiempo para due dilligence, bastó con un apretón de manos para sellar el acuerdo.

Casi dos meses despuíés de toda esta carambola, Orizonia vuelve a estar en el aire. La demora de la CNC a la hora de pronunciarse sobre la fusión ha provocado el achique de Hidalgo, que tras adelantar 15 millones de euros no está dispuesto a cumplir con el resto de compromisos financieros hasta tener la certeza absoluta de que contará con todos los parabienes del supervisor. El plantón ha llevado a la compañí­a a presentar preconcurso de acreedores y a depender de un fallo administrativo.