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Autor Tema: Villar Mir negocia la compra de la parte sana de la inmobiliaria Colonial  (Leído 200 veces)

Eguzki

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Caza mayor en el mercado de las compañí­as cotizadas. El empresario Juan Miguel Villar Mir (83 años) negocia la compra de la inmobiliaria Colonial, según han confirmado fuentes oficiales. El propietario del grupo de empresas que engloba a OHL, Fertiberia o Ferroatlántica pretende desembarcar de lleno en el negocio patrimonialista (edificios en renta) y convertirse en uno de los principales operadores del mercado, en el que ya estaba presente a travíés de Inmobiliaria Espacio, promotora y propietaria de una de las cuatro torres del skyline madrileño.

Villar Mir ha olido la oportunidad de quedarse con la mejor inmobiliaria del sector, con activos valorados en 5.200 millones de euros. Para lograr este objetivo, su oferta surge en medio del complejo proceso de refinanciación de Colonial, cuya deuda vence a finales de 2014. La matriz arrastra cerca de 2.000 millones, a los que suman otros 1.400 de la filial Asentia, donde agrupa los activos tóxicos, y otros 1.000 correspondientes a la filial francesa SFL, aunque este tramo está soportado por distintas emisiones de bonos respaldados por su patrimonio.

A pesar del enrevesado puzzle de deuda formado por bancos accionistas y bancos acreedores, la oferta de Villar Mir pasa por una millonaria inyección de capital que permita a Colonial refinanciar su deuda y garantizar la viabilidad de la parte sana de la inmobiliaria, cuyo negocio rentista (800.000 m2 de oficinas, con una ocupación del 85%) es absolutamente rentable (112 millones de euros en ingresos). Esta opción incluye a la filial francesa SFL, la joya de la compañí­a, que gracias a su colección de edificios en Parí­s representa el 66% de los ingresos.

La operación en ciernes incluye a más protagonistas. Mientras el dinero de Villar Mir irí­a a la parte sana de Colonial, otros inversores, en este caso varios fondos internacionales de real estate, negocian la posibilidad de quedarse con Asentia, la filial con activos tóxicos (suelos, promociones residenciales y centros comerciales, buena parte heredados de Riofisa) cuyo lastre hace que la matriz obtenga resultados negativos millonarios. Así­ ocurre desde la escisión de 2010 y así­ se repetirá en las cuentas de 2012 que se presentan esta semana.

En caso de prosperar la oferta, Colonial pondrá fin a la dualidad iniciada hace tres años. Entonces, una parte de los bancos acreedores (Calyon, Commerzbank, RBS, Goldman Sachs, La Caixa, Banco Popular y los fondos Orion y Colony) se hizo con el 90% del capital, dotó de recursos a la compañí­a y separó el negocio patrimonialista del promotor. Sin embargo, la evolución del mercado, con Reyal-Urbis en concurso y Metrovacesa fuera de bolsa, ha impedido que el equipo dirigido por Juan Josíé Bruguera y Pere Viñolas haya hecho viable el plan.

El oportunismo de un buen comprador

Y mientras unos huyen del ladrillo, Villar Mir aprovecha para consolidar. Hace menos de dos meses, protagonizó la operación inmobiliaria más importante desde la compra de Torre Picasso por Amancio Ortega. El empresario adquirió por algo más de 200 millones de euros el complejo Canalejas, una cíéntrica manzana de oficinas en el centro de Madrid propiedad del Banco Santander que pretende transformar para su explotación comercial como hotel de la mano del gigante estadounidense Four Seasons, del que ya es socio en el Caribe.

Sin embargo, el renovado interíés inmobilario de los Villar Mir no ha sido la decisión estratíégica más significativa dentro del grupo familiar. Durante el año pasado, el veterano empresario se convirtió en accionista de referencia de Abertis sin desembolsar un euro: canjeó sus autopistas en Brasil y Chile por el 10% de la cotizada española, al que suma otro 5% comprado en príéstamo a ACS, participación total que le convierte en socio principal de uno de los primeros conglomerados de infraestructuras (autopistas y telecomunicaciones) del mundo.