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Autor Tema: La Seda de Barcelona se debate entre 'el bueno, el feo y el malo'  (Leído 177 veces)

Eguzki

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Es un clásico sin solución. La Seda de Barcelona juega estos dí­as su eníésima partida a vida o muerte. Acostumbrada a cotizar siempre sobre el alambre del default, la histórica compañí­a catalana afronta ahora un dilema que puede condicionar su futuro inmediato. La solución para salvar la refinanciación de una deuda de 230 millones existen varias posibilidades entre buenas, feas y malas: dar entrada a los acreedores (liderados por el fondo oportunista Anchorage) en el capital, entregarse a su principal accionista (BA Vidrio defiende su posición de control) o conseguir patada hacia adelante antes del 28 de febrero para evitar el concurso de acreedores.

Más allá del reparto de papeles en la pelí­cula de la refinanciación, La Seda está abocada a una solución de urgencia. De momento, en este periodo de negociación, el fondo de inversión Anchorage se ha hecho con cerca del 40% de la masa acreedora despuíés de comprar a descuento en el mercado secundario las exposiciones de los bancos. Esta juzgada ha dado a la firma una posición de fuerza en el proceso de negociación respecto a la compañí­a portuguesa BA Vidrio, propietaria y principal accionista con un 20% del capital, que ve amenazada su hegemoní­a el frente de la compañí­a en caso de que haya una capitalización de la deuda.

Para evitar esa carambola, que permitirí­a a Anchorage colarse en el capital de La Seda desde su posición como acreedor principal, la compañí­a portuguesa BA Vidrio, al mando del fabricante de plásticos catalán desde 2010, promete suscribir una ampliación de capital de 40 millones de euros para recapitalizar la compañí­a siempre que antes su oferta (OPA) para hacerse con el 100% del capital haya prosperado. La alternativa resulta, a priori, poco tentadora, ya que resulta dilutiva (los actuales accionistas tendrán sólo un 20% del nuevo capital postampliación) y poco atractiva en precio en comparación con la actual cotización de 1,2 euros.

De esta manera, BA Vidirio se convertirí­a en socio mayoritario (65%) con un desembolso algo superior a 40 millones de euros. Una operación defensiva para abortar los planes de Anchorage, que tras desembolsar una cantidad similar para quedarse con cerca del 40% de la deuda, tiene la posibilidad de forzar una operación acordeón (reducción de capital) y luego capitalizar la deuda, lo que le convertirí­a en primer accionista de una compañí­a saneada y lista para recuperar el interíés de los inversores, no sin penalizar antes a los actuales accionistas, que verí­an su participación reducida a casi cero, aunque dentro de una saneada La Seda.

De momento, el consejo de administración, controlado y presidido por Carlos Moreiras (BA Vidrio), evalúa las propuestas llegadas del comitíé negociador, del que forma parte Anchorage como principal acreedor. La principal cuestión a dirimir es saber cuál de las opciones encima de la mesa es más interesante para accionistas y acreedores. Y de momento, en este sentido, aún falta por saberse el precio de la OPA y la solvencia financiera futura, donde Anchorage pretende jugar fuerte asegurando la financiación provisional necesaria para asegurar el balance de La Seda de Barcelona. Una pelí­cula donde todos quieren hacer de 'buenos'