Buenas.
Ayer estuve en una Notaría, gran parte de la mañana. Es lo que tiene acudir a una Notaría (por lo menos a mí me pasa). Habrá bajado el trabajo, no lo dudo, pero el tiempo que suelo tardar para la firma, ese, sigue aferrado a esas paradas como una sagrada costumbre, y tenemos que esperar. Y esperamos, claro.
El caso es que teníamos firma con dos bancos. Y vinieron sus representantes, claro. No voy a dar nombres de las entidades, para salvaguardar, eso, su nombre. (Nótese que no digo buen nombre…, ese ya lo perdieron hace tiempo).
Los representantes de los bancos se saludaron y comenzaron a hablar entre ellos. Yo estaba al lado y no quería escuchar, bien lo saben Vds…, pero me obligaron a ello, sus tiernas y angelicales voces:
-“¿Has visto lo de Bankia?…, casi veinte mil millones de píérdidasâ€.
-“Síâ€- dijo el otro interlocutor- “ya era hora de que saliese la cifra. Ahora, hala, a trabajar y a ganar dineroâ€.
-“Pues sí…, porque eso es lo que hay que hacer ahora. Oye, ¿que ha habido fallos?…¿y quiíén no se equivoca?. Ahora lo que vale es salir p’alanteâ€.
-“Me alegro. Ya dije yo que el Goiri ponía ordenâ€.
Y así, muy ufanos, descubrieron ese brote verde que tantos están buscando, pero que sólo encuentran los bancos: el dinero público que viene a tapar y ayudar a los “fallosâ€. Y ahora…, a trabajar. A trabajar sin mirar atrás, a los desahuciados, que tambiíén se han equivocado y a los que no nadie ha rescatado; sin mirar a las empresas, miles, que han cerrado, y que, puede que se equivocaran tambiíén, y con la que no hubo miramientos para su persecución hasta el cierre. Sin mirar a los parados que se quedaron en la calle, despuíés de que sus empresas cerraran…; como dijo el poeta:†en esta vida…, no hay nada como ser sistíémicoâ€.
Me imagino que alguno de Vds. (yo lo diría, ojo), puede decirme que esto de lo que me quejo, ya se sabe, que no es nuevo. Y efectivamente, ya se sabe, pero ojo porque esas cosas se olvidan, todo en aras del crecimiento y de la recuperación, por supuesto. Estas cosas hay que, no solo saberlas, sino repetirlas hasta la saciedad, para que nadie se olvide. Como nadie puede olvidar que un banco es una empresa (con privilegios por encima de las demás) que tiene como objetivo ganar dinero y que no es una hermanita de la caridad; que allí no ayudan, que allí venden y compran y que harán lo necesario para que las operaciones les salga rentables. Y que esa rentabilidad las pagamos todos.
No olvide eso…, aunque tambiíén me imagino que todo ello, ya lo sabía Vd.
Y les manifiesto que esa conversación fue autentica y cierta. Como todo lo que les cuento. El resto que les he expuesto aquí, me quedíé con las ganas de decírselo, pero no pude; entró el Sr. Notario. Se la debo.
Hasta la semana que viene.
Vale.
Oberon.