Hace un año, Antonio Huertas se estrenaba como presidente en la junta de Mapfre. El sábado pasado, con un año de gestión a sus espaldas y de estudio minucioso del grupo, rendía las cuentas de un 2012 nada fácil y enseñaba las grandes líneas de su estrategia. Quizá la más radical es el plan de "reposicionar" Mapfre como multinacional y dejar atrás el enjambre de empresas autónomas que cuelgan de un grupo conformado con la sucesiva anexión de compañías adquiridas a lo largo de tres díécadas.
En 20 años ha multiplicado su tamaño por diez. Con presencia en más de 110 países, más de 35.000 empleados y más de 23 millones de clientes en el mundo, Huertas defendió la oportunidad de "convertirse en una aseguradora global", donde las estrategias se diseñen a escala global y se apliquen en cada mercado o país.
"Mapfre debe continuar simplificando la estructura societaria" para facilitar la operativa, optimizar el consumo de capital, la distribución de recursos y generación de dividendos, defendió ante los accionistas. Un vuelco total que tambiíén llevará parejo profundizar en mejorar "la eficiencia de sus operaciones", con lo que ello implica de reducir "los costes estructurales" y oportunidad para "bajar los precios de los productos y ser más competitivos", refirió.
La revolución de Huertas enfrenta otra clave tradicional: dar la vuelta al enfoque comercial y abandonar la apuesta basada en productos por poner al cliente en el eje del negocio y la estrategia. "Para impulsar más la venta y mejorar la fidelidad hay que enfocarse al cliente, particular y empresarial", explicó. En su apuesta, la tecnología y la innovación, pasan a primera línea -para "buscar sinergias y economías de escala en la implantación de productos y servicios", explicó-. A pesar de su recurrente recurso a la eficiencia y austeridad, Huertas dejó claro que la vocación de crecimiento, incluso con compras, sigue en el ADN.
"Mapfre -aseguró- quiere ampliar su presencia en otros mercados y continuará analizando de manera activa las distintas opciones, para decidir en cuáles quiere estar presente y diseñar una estrategia a medio y largo plazo que permita alcanzar ese objetivo". Por lo pronto, desveló que Estados Unidos es una apuesta clara a la que prestará "más atención y recursos" para ampliar la presencia del grupo a otros estados, desarrollar nuevas redes de distribución y productos, como seguros de vida sencillos y empresas.
El mercado americano e Iberoamíérica son los grandes soportes en crecimiento para 2013. Un ejercicio en el que se ha fijado el objetivo conservador de subir un 3% los ingresos, hasta 26.000 millones, aún cuando en España es previsible que vuelva a contraerse el negocio asegurador -en España, Mapfre aspira a batir al mercado