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Francia finalizó 2012 con un díéficit fiscal y una deuda pública acumulada muy superiores a las estimaciones originales, de acuerdo con un informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos (Insee) difundido hoy aquí.
Los datos de la entidad complican aún más el objetivo del gobierno galo de alcanzar el equilibrio financiero en un plazo medio.
De acuerdo con las estimaciones preliminares del Insee, el díéficit disminuyó del 5,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2011, al 4,8 el año pasado.
A pesar del descenso en cinco díécimas de punto, este indicador aún está por encima de las previsiones originales del ejecutivo, que lo situaban en 4,5.
En cuanto a la deuda pública, íésta alcanzó a finales de 2012 un ríécord histórico para el país galo y se situó en 90,2 por ciento del PIB, lo que significa un incremento de 4,4 respecto al año precedente.
Según el informe del Insee, los datos aún no son definitivos y podrían modificarse antes del reporte final de mayo próximo.
En todo caso, significan un duro revíés para las promesas del presidente Franí§ois Hollande de equilibrar las cuentas públicas y adecuarlas a los tratados europeos de austeridad firmados en marzo de 2012 y ratificados por el Parlamento Nacional.
Dicho pacto establece que todos los miembros de la Unión Europea deben tener un díéficit público de menos de tres puntos, así como mantener el volumen de la deuda por debajo del 60 por ciento del PIB.
Los incumplidores están expuestos a sufrir sanciones automáticas y su economía será supervisada por la Comisión Europea (CE), lo que equivale a perder la soberanía presupuestaria.
Aunque Hollande prometió revisar este acuerdo, firmado por el ex presidente Nicolás Sarkozy, lo único que consiguió de sus socios europeos fue agregarle un fondo de crecimiento dotado con 120 mil millones de euros, el cual aún no ha comenzado a funcionar.
El ejecutivo galo reconoció la imposibilidad de cumplir sus compromisos en materia de equilibrio financiero debido al estancamiento económico y aguarda a que la CE le otorgue un plazo, por lo menos hasta finales de 2014, antes de aplicarle las sanciones previstas.
Al complejo entorno nacional se suma la recesión causada por los programas de austeridad aplicados en varios países de la zona euro para contener la crisis financiera.
La baja en el consumo por las políticas de ajuste impacta negativamente en Francia, que tiene el 60 por ciento de su comercio exterior en la Unión Europea.
Durante su comparecencia la víspera por televisión para explicar su programa económico, Hollande advirtió que la prolongación de la austeridad extrema en la región llevará a Europa "a una explosión".