Vodafone puede estar deshojando la margarita ante la posibilidad de que dos gigantes como Verizon o AT&T puedan lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) sobre el operador británico. Un jugoso negocio que no ha pasado desapercibido entre los inversores que han calentado al valor y, en menor medida, a todo el sector de telecomunicaciones del Viejo Continente.
Los títulos de Vodafone, que durante buena parte de la sesión del martes se anotaron un 5%, acabaron cerrando con un alza del 3% en su nivel más alto desde noviembre de 2007. Motivos hay para la euforia. La valoración que se estaría barajando para Vodafone sería de unos 245.000 millones de dólares, con lo que contemplaría una prima del 40% sobre el precio actual. De esta manera, batiría el ríécord anterior en una operación de M&A fijado por AOL cuando compró Time Warner en el 2000 por 182.000 millones de dólares.
Estos rumores de una operación corporativa no son nuevos. De lejos vienen los ecos por los que Vodafone y Verizon han intentado deshacer la alianza que mantienen en torno al operador Verizon Wireless, filial de la estadounidense en el que la británica controla un 45% del capital. Un entuerto de difícil solución que ha desembocado en que ambas compañías no hayan conseguido llegar a acuerdo alguno en los últimos meses.
Según asegura Bryce Elder en su blog, Barclays habría sido el banco elegido para llevar a cabo la operación, por la que Verizon se quedaría con el 45% de la participación de Vodafone en Verizon Wireles y AT&T con los activos no estadounidenses.
De esta manera, aunque Verizon y AT&T sean 'enemigos' oficiales, los intereses en esta operación superan las diferencias. Verizon limpiaría su estructura sin verse envuelto en luchas sobre el liderazgo, mientras que AT&T cumpliría con sus antiguas pretensiones de expandirse por Europa.
El mercado de telecos en EEUU y Europa es calificado por los analistas como "hipermaduro", esto es que buscar el aumento del volumen de negocio es prácticamente una utopía. De producirse la adquisición y entrar en juego un nuevo gigante con pilares en Europa y Estados Unidos, AT&T logrará el viejo sueño de expansión en el Viejo Continente y apuntalará un proceso de internacionalización, que ya han seguido otros grandes como la japonesa Soft Bank, que ultima su desembarco en el operador estadounidense Sprint