Parece que el mercado le rinde homenaje al políémico Michael Milken, el rey de los bonos basura y creador de estos activos durante la díécada de los 70. En sólo tres meses, se han registrado emisiones de este tipo de deuda en todo el mundo por importe de 148.600 millones de dólares (en torno a 115.000 millones de euros) de enero a marzo.
Se trata de un incremento del 25% respecto al mismo periodo de un año antes y el mayor volumen de la historia, según datos de Dealogic. En Europa casi se dobla, con 48.567 millones de euros, y tambiíén las empresas españolas con un ráting de grado especulativo (por debajo de BBB-, según S&P y Fitch, y de Baa3, según Moody’s) han aprovechado este momento para salir al mercado. Popular, Ence, Abengoa, Cirsa, Ono han captado 1.710 millones de euros en 2013.
Hay varios factores que justifican el boom de los bonos basura o tambiíén conocidos como high yield. Los bancos centrales han inundado el sistema de liquidez para intentar reavivar la marchita economía. En Europa, se calcula que el excedente de liquidez supera los 450.000 millones de euros y los activos considerados refugio están dando nimias rentabilidades.
Por ejemplo, el bono alemán a un plazo de cinco años rinde el 0,312%, mientras que el estadounidense con el mismo vencimiento se sitúa en el 0,751%. Los bonos basura, sin embargo, llegan a dar más del 8% en función del ráting. “Hay un exceso de liquidez en las carteras; la aversión al riesgo se ha reducido de forma considerable(volatilidad en mínimos de 2007); y los tipos de interíés de los activos seguros son nulos o incluso ofrecen rentabilidades reales negativasâ€, apunta Josíé Luis Martínez, estratega en España de Citi.
