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Foro de Música => Foro de Música => Mensaje iniciado por: Serena en Febrero 24, 2009, 10:53:15 pm
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Ha aparecido en Internet una versión iníédita del tema de Los Beatles Revolution 1. La grabación, que es supuestamente la "Toma 20" de la canción, está disponible en YouTube. Aunque todavía no se ha verificado su autenticidad, los seguidores de la mítica banda consideran que este descubrimiento es "el Santo Grial" de todo el material iníédito de los de Liverpool.
Hasta la fecha existían tres versiones diferentes de Revolution. La primera es anterior a 1968, y las dos siguientes llamadas Revolution 2 y Revolution 9 se incluyeron en el álbum The Beatles, conocido como The White Album. Para algunos, Take 20 sería un puente entre la segunda y la tercera versión.
John Lennon: "Quítate las bragas y vamos a empezar"
La mayor diferencia entre la toma iníédita y las anteriores es su duración de cerca de once minutos, siete más que la primera canción. En cuanto a la estructura y a la letra, no existen distinciones notables respecto a la original, aunque la segunda parte de la reciíén descubierta contiene numerosos efectos vocales, loops, trucos de estudio y se escucha a George Harrison haciendo coros "Om-shooby-do-wop".
Revolution 1 (Take 20) comienza con la banda hablando en el estudio, y se puede escuchar a John Lennon que dice en voz alta "Quítate las bragas y vamos a empezar". Ese es el momento en el que todos comienzan a tocar
Hacia el final, la canción se para y se escucha una conversación entre John Lennon y su inseparable Yoko Ono.
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La conocida revista musical 'Rolling Stone' va a publicar un sorprendente documento, en el que un cabreado John Lennon se desahoga con el editor Jann Wenner. í‰ste ha decidido hacer públicas las cintas para ayudar al famoso periodista Mikail Gilmore, quien se encuentra realizando una investigación sobre la ruptura de la mítica banda.
"Nos vendimos... y me siento asqueado por ello", se lamenta el cantante de 'Imagine' en cierto momento de la grabación. Tambiíén asegura que la ruptura del grupo se veía venir desde hace mucho tiempo, puesto que su música "estaba muerta" desde que consiguieron el primer íéxito a principios de los 60 y que, por este motivo, nunca llegaron a mejorar.
Contra quien más arremete Lennon es probablemente contra Paul McCartney, a quien acusa de querer ser el líder del grupo: "Nos cansamos de ser los segundones de Paul", dice Lennon en referencia a íél y a Ringo Star y George Harrison.
Tambiíén tiene palabras de rencor hacia el grupo por la manera en que habían "insultado" a su pareja, Yoko Ono. "Ellos la despreciaron... parecía que tenía que elegir entre estar felizmente casado con ellos o con Yoko. Y elegí a Yoko".
Lennon tambiíén acusa a George Harrison, de ser el que más duramente malmetió contra la artista: "George la insultó en su cara y yo no le peguíé, no síé porquíé. Ringo se portaba mejor pero los otros dos realmente nos hicieron daño. Nunca los perdonaríé".
El artículo 'La Ruptura de los Beatles', escrito por el experto Mikail Gilmore, será publicado en el próximo número de la revista 'Rolling Stone'. Con seguridad íéste nos ayudará a comprender mejor lo que fue el final de la cíélebre banda y, con ella, de una era.
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Paul McCartney ha demandado a la gestora Sony/ATV con el objetivo de recuperar los derechos de autor de los íéxitos que compuso con The Beatles entre 1962 y 1971. La argumentación de McCartney se basa en la enrevesada y varias veces modificada legislación estadounidense sobre el «copyright» (derechos de autor) que, según la interpretación del famoso roquero, le permitiría recuperar a partir de 2018 la propiedad de sus canciones escritas a cuatro manos con John Lennon para «The Beatles». Entre esos temas que forman parte del pleito se encuentran íéxitos de los de Liverpool como «Love Me Do», «Can't Buy Me Love», «Ticket to Ride», «Yesterday», «Hey Jude» o «Let It Be».
De acuerdo con el texto de la demanda presentada en un juzgado federal de Nueva York, McCartney comunicó desde 2008 y en repetidas ocasiones a Sony/ATV, poseedora del catálogo de «The Beatle»s tras varias compras y ventas a lo largo de las díécadas, su intención de recuperar el control legal de esas canciones. Una revisión de 1976 de la legislación estadounidense sobre el «copyright» estableció que aquellos artistas que hubieran vendido sus derechos de autor a terceros antes de 1978 podrían retomar los mismos 56 años despuíés de la creación de esas obras. Dado que las primeras canciones de «The Beatles» datan de 1962, McCartney considera que a partir de 2018 podría hacer efectiva esa cláusula legal. «Puesto que el primer vencimiento (de los derechos de autor vendidos) tendrá efecto en 2018, es necesaria y apropiada una declaración judicial en este punto para que Paul McCartney pueda confiar tranquilamente en sus derechos», apuntó la demanda.
Esta frase de la denuncia sugiere que detrás del movimiento del ex-Beatle podría estar el temor a que su caso pueda terminar como el del grupo británico «Duran Duran», que en una batalla legal de similares características contra Sony/ATV, perdió en su intento por recuperar los derechos de sus temas. En este sentido, un portavoz de McCartney afirmó hoy a la revista musical Pitchfork que el propósito de su acción legal es «confirmar» sus derechos de autor de acuerdo a la reversibilidad del «copyright» en Estados Unidos.
Sony/ATV respondió hoy a la demanda de McCartney asegurando que tiene «el más alto respeto» por el artista, aunque la gestora de derechos dijo sentirse «decepcionada» por una decisión que consideran «innecesaria y prematura», informó el medio especializado The Hollywood Reporter. «Hemos colaborado estrechamente durante díécadas tanto con Paul como con los herederos del difunto John Lennon para proteger, preservar y promocionar el longevo valor del catálogo. Estamos decepcionados de que hayan presentado esta demanda que creemos es innecesaria y prematura», añadió Sony/ATV.
La revista musical Rolling Stone recordó hoy el enmarañado recorrido empresarial de las canciones de «The Beatles» a lo largo de los años. En principio, Lennon y McCartney asignaron los derechos de sus composiciones a varias empresas, hasta que ATV Music se hizo con el catálogo que en los años 80 compraría Michael Jackson. El «rey del pop» posteriormente se unió a Sony para dar forma a Sony/ATV, una compañía que, tras la muerte de Jackson, se hizo con el 50 % de sus participaciones en 2016 a cambio de 750 millones de dólares (unos 704 millones de euros).