El primer productor español de chocolates y cacao vive horas dulces. De repente, a Natra le ha caído un millonario dividendo de su participada Natraceutical, ha presentado unos buenos resultados trimestrales y, además, la compañía ha concluido el baile accionarial que venía presionando a la baja su cotización bursátil. A finales del año pasado, Sabadell vendió el 5,3% heredado de la CAM y el exconsejero de la empresa, Xavier Adserí , amigo y socio de Enrique Bañuelos -referente de la llamada burbuja inmobiliaria-, ha reducido, en las últimas semanas, casi a cero la participación en la firma, según aseguran fuentes del mercado.
El exconsejero de Natra anunció el pasado marzo la venta de un 3,4% del capital de la compañía, con lo que redujo su participación al 1,8%. Ha seguido desprendiíéndose de títulos en abril, hasta prácticamente salir de la productora de chocolates. Adserí concluye así una aventura empresarial que le deja importantes minusvalías, ya que adquirió su participación a más del doble que el precio actual, según fuentes del mercado.
Lejos de provocar incertidumbre, la salida del capital de Adserí de Natra se ha interpretado positivamente en el mercado, ya que con la desinversión se refrenda el giro dado en la gestión del fabricante de chocolates, que ha pasado de ser una compañía con una trayectoria ligada a la llamada filosofía del pelotazo, centrada en crecer a base de compras y altos apalancamientos financieros, a una firma con una estrategia puramente industrial, focalizada en el crecimiento de las ventas y de los márgenes, la expansión internacional y la reducción de la deuda.
Natra, de la mano de Natraceutical, empresa entonces liderada por Adserí y centrada en el prometedor sector de la biotecnología, experimentó una importante revalorización en bolsa entre 2004 y 2007. Las acciones llegaron a marcar un máximo histórico en 11,5 euros, frente a los 1,24 a los que cerraron el martes. Sin embargo, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y los primeros indicios de la crisis económica, las acciones se derrumbaron, llegando a retroceder hasta los 0,63 euros por título hace poco más de un año. Afortunadamente para sus intereses, la empresa de chocolates había realizado una buena expansión internacional en los años del boom económico (sólo el 8% de su producción se vende actualmente en España). Pero el negocio de la compañía valenciana, lo mismo que el de su participada en biotecnología, quedó seriamente amenazado por un elevado endeudamiento al que se sigue poniendo freno.
En 2010, Natra estuvo a punto de vender Natraceutical, la joya de la corona, al grupo brasileño Davene -una operación en la que medió el propio Bañuelos, ya un hombre de fortuna en el país-. Sin embargo, tras ejercer una opción de compra a un precio de 0,43 euros el título -un 150% sobre la cotización actual-, los brasileños dieron marcha atrás. Tras el fracaso del plan, los gestores de Natra, muy presionados por la banca acreedora, tuvieron que poner en marcha una nueva estrategia para reducir una elevada deuda. En noviembre de 2011, se produce el cambio de gestión. Manuel Moreno, primer accionista de la empresa, cedió la presidencia a Juan Ignacio Egaña, gestor heredado tras la adquisición del grupo Zahor; por su parte, Mikel Beitia fue elegido consejero delegado.
El otro gran acontecimiento que posibilitó el cambio de paso en el parquíé fue que Natraceutical vendiera a finales del año pasado en la Bolsa de París el 17,13% que tenía en Naturex por 77 millones de euros, una operación con la que, de un plumazo, la empresa de productos dietíéticos canceló el príéstamo de 39,92 millones que tenía y se hizo con una caja de 26,5 millones para impulsar el desarrollo de Fortíé Pharma, su división de complementos nutricionales, y socorrer financieramente a su principal accionista.
La perspectiva de un dividendo extraordinario para oxigenar la deuda de Natra ha jugado a favor del valor desde entonces. Las acciones suman una revalorización del 37,6% en el año. El fabricante español de chocolates, con una participación directa del 47% en la empresa de productos dietíéticos, percibirá una retribución de casi seis millones de euros, una inyección de capital que irá directa a aliviar el apalancamiento financiero del grupo. La empresa presidida por Egaña cerró 2012 con una deudas de 147 millones de euros, 4,9 veces el ebitda -beneficio bruto de explotación- de la compañía, una costosa carga de la que se tiene que ir desprendiendo progresivamente.
Favorables resultados
La empresa valenciana, fundada en 1943, se ha centrado en ganar eficiencia y elevar el margen de sus chocolates y cacao, y no le va mal. La compañía anunció el lunes que durante el primer trimestre del año obtuvo un beneficio neto de 1,6 millones, lo que representa un incremento del 66,9% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. La cifra de negocios del grupo alcanzó los 88,1 millones de euros, lo que supone un 3,6% más. Sin embargo, el margen ha crecido un 6,4%, al centrarse en productos con mayor valor añadido y reducir la apuesta por los de menor. “Son unos resultados positivos, en línea con lo que teníamos previstoâ€, señalan los analistas de Sabadell, que estiman que la compañía tiene un potencial alcista del 35,7%.
La salida del Sabadell el año pasado ha dado paso a un afianzamiento accionarial del consejo en la compañía. Su presidente, Juan Ignacio Egaña, se ha hecho con el 1,47%; la firma de capital riesgo Iberfomento, que lidera Josíé Antonio Píérez-Nievas y posee participaciones en Indo y Pescanova, ha pasado a controlar el 6,9% y la sociedad Casticapital, que agrupa el patrimonio de algunos conocidos ricos valencianos, un 6,48%. Se forma así un núcleo duro en el que tambiíén están Kutxabank con el 9,13% y el expresidente, Manuel Moreno, el 10,12%, y que han expresado su vocación de permanencia en la fabricante de cacao