El ministro de Industria, Josíé Manuel Soria, vaticinó que la reforma elíéctrica no iba a gustar nadie. Y no falló en su augurio. El Gobierno dio luz verde antes de las vacaciones a la reforma del sistema elíéctrico con el objetivo fundamental de acabar con el agujero financiero que soporta por el desfase entre ingresos y costes (el denominado díéficit de tarifa). El ministro repartió el golpe de los cambios legales entre las compañías elíéctricas, las renovables y el consumidor. Y, lo dicho, la reforma no gustó a nadie.
El sector de las energías verdes anuncia una batalla legal contra la norma por el carácter retroactivo del cambio del sistema de retribución a las renovables. Los consumidores vieron cómo agosto llegaba con una nueva subida del recibo de la luz (y otras vendrán). Y las elíéctricas tradicionales se quejan de los cambios que afectan a sus ingresos regulados, aunque encuentran aspectos positivos entre tanto zarpazo. Las grandes elíéctricas que operan en España aprecian algunos aspectos de la reforma: el esfuerzo del Ejecutivo para que no siga creciendo el agujero del sector (que ahora ronda los 28.000 millones de euros), el mayor peso que se le da en la nueva tarifa de acceso al pago fijo en detrimento del consumo… Pero alertan de que el nuevo marco creado les aboca a reducir sus inversiones y auguran que una crisis del sector para 2020 si no se reformulan algunos de sus tíérminos para incentivar la inversión. De hecho, Endesa, Iberdrola y Gas Natural Fenosa ya han reducido en casi un 35% sus inversiones en España y, además, han advertido de que seguirán recortándolas por la reforma elíéctrica. “Las propuestas contienen elementos muy negativos, el más importante es el establecimiento de una retribución insuficiente para las actividades reguladas (especialmente distribución y generación en las islas) que está por debajo del coste de capital y hará muy difícil o imposible la realización de nuevas inversiones, así como injustificados efectos retroactivosâ€, alertó Juan Josíé Alba, director de Regulación de Endesa para España y Portugal, en una mesa redonda junto a sus homólogos de Iberdrola y Gas Natural Fenosa organizada en Madrid por MAS Consulting. “En un mercado globalizado en el que hay que atraer capitales, los planteamientos de escasa rentabilidad planteado en la propuesta de reforma o los elementos de retroactivos que contiene la misma, pueden desviar los capitales a otros países con más estabilidad regulatoria que Españaâ€, subrayó Carlos Sallíé, director de Regulación de Iberdrola. “Las partes interesantes que contiene la reforma pueden quedar anuladas por los elementos negativosâ€, se quejó. Las otras sombras de la luz Las advertencias sobre las consecuencias de la reforma no se quedan en la falta de inversión y las críticas no se limitan al recorte de sus retribuciones reguladas. Endesa tambiíén se queja de que la reforma “no acaba de resolver el problema de la sobrerretribución de algunas tecnologías renovables†y, además, “tiene grandes tintes intervencionistas que entorpecen el libre mercado del sectorâ€. Y desde Iberdrola se pone el grito en el cielo sobre la forma en que se articula la propia tarifa elíéctrica por parte del Gobierno. “Si no se resuelve el principal problema que existe, que no es otro que el uso político de la tarifa y la inclusión en la misma de costes que no deberían estar allí y que hacen que el coste actual de suministro sea de los más elevados de Europaâ€, apuntó Sallíé, “se seguirá minando la competitividad de las economías domíésticas e industriales y, para minimizar dicho impacto negativo, se seguirán tomando medidas de petición de ‘esfuerzos’ a los agentes que realizan las actividad elíéctricos. Y todo ello es legal para la credibilidad regulatoriaâ€, sentenció. El directivo de Iberdrola reclamó que esos costes salgan de la tarifa y sean asumidos por los Presupuestos Generales del Estado para que “las tarifas únicamente reflejen los estrictos costes de suministroâ€. Por su parte, el director de Regulación Elíéctrica de Gas natural Fenosa, Javier Latorre, subrayó los aspectos positivos de la nueva regulación, aunque apuntó que hay facetas supectibles de mejora como loa reducción de las plantas de ciclo combinado y la confusión en torno a algunos aspectos sobre la retribución de la distribución elíéctrica.