Jarro de agua fría para las expectativas del Gobierno español de lograr un cambio en el míétodo de contabilizar el díéficit público, que hubiera dado más margen al Ejecutivo para efectuar los ajustes fiscales. Los representantes de los 28 Estados Miembros de la UE, reunidos en el Consejo de Política Económica (CPE), decidieron "aplazar la aplicación de la nueva metodología hasta que se conozca su impacto preciso" en cada uno de ellos, aseguraron a EXPANSIí“N fuentes comunitarias. Pero este periodo de espera no será corto. Según estas fuentes, "la Comisión seguirá trabajando en este asunto con los expertos de los Estados Miembros con el fin de poner a disposición del CPE toda la información deseada lo antes posible", algo que "podría tardar unos meses". Este retraso significa que el nuevo míétodo de cálculo del díéficit público, que hubiera beneficiado especialmente a España, no se aplicará en las próximas previsiones económicas de la Comisión Europea, que se publicarán a principios de noviembre. El cambio propuesto Los países de la UE llegaron la semana pasada a un principio de acuerdo para modificar la forma en la que calculan el díéficit estructural de los países, que mostrará que en el caso español, la cifra es inferior a la que maneja actualmente la Comisión Europea. El díéficit estructural excluye del cálculo el impacto de la crisis económica en los ingresos y gastos públicos. Es lo contrario al díéficit cíclico, que solo tendría en cuenta lo que un Estado gasta de más o ingresa de menos por culpa de la recesión. La suma de los dos daría el díéficit nominal. En la práctica, que España tenga menos díéficit estructural quiere decir que el Gobierno podrá hacer menos ajustes fiscales (recortes de gasto público o subidas de impuestos) de lo que estaba previsto inicialmente. Por definición, el díéficit cíclico se corrige en paralelo con la recuperación económica y, en consecuencia, la UE solo exige ajustes específicos para corregir el díéficit estructural. Además, a la hora de aplicar sanciones o conceder prórrogas para cumplir con los objetivos del Pacto de Estabilidad, la UE suele tolerar desvíos en el díéficit nominal siempre que considere que el país ha hecho un esfuerzo estructural suficiente. El Gobierno, por su parte, reitera que su intención es cumplir con los objetivos de díéficit nominales (díéficit estructural más díéficit cíclico) y que la aplicación de la medida no va a frenar esa voluntad.