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Autor Tema: Botí­n no termina de fiarse de Ana Patricia y aplaza 'sine die' la OPV de  (Leído 127 veces)

Eguzki

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El Banco Santander ha descartado definitivamente la salida a bolsa de su filial británica en 2014, que queda aplazada sine die. Oficialmente, se espera a que cambien las circunstancias de los mercados, pero otras fuentes aseguran que estas ya han mejorado notablemente y lo que hace falta es que la unidad remonte el bache que atraviesa actualmente. Por ello, se trata de un revíés para Ana Patricia Botí­n, para la que esta OPV (con la que se esperaba conseguir hasta 3.500 millones de euros) iba a ser un espaldarazo en la carrera por la sucesión de su padre al frente el banco. Por otro lado, que el banco renuncie a estos ingresos supone una demostración de fuerza frente a los que lo acusan de andar corto de capital... y una muestra de confianza en el buen fin de la negociación de los activos fiscales (DTA).

El nuevo consejero delegado del banco, Javier Marí­n, negó en julio que se fuera a poner en marcha de forma más o menos inmediata la OPV en Londres, pero hasta ahora se mantení­a el calendario de 2014. Sin embargo, en una reciente ronda de contactos con analistas, la filial ha reconocido que la colocación del 20% de su capital no se llevará a cabo el próximo año y que ha pasado a ser un "objetivo a largo plazo". Según las explicaciones ofrecidas por la entidad, "es necesario una mejora de las condiciones de mercado y de la visibilidad regulatoria antes de lanzar la operación".

Sin embargo, resulta bastante evidente que las condiciones de mercado han cambiado radicalmente: la acción del Santander se ha disparado un 23% en bolsa desde finales de agosto y es el gran artí­fice de la escalada del Ibex en este perí­odo. Despuíés de ser relegado por el BBVA como el banco español favorito de los analistas internacionales, la entidad cántabra está recuperando el liderazgo a marchas forzadas, y más despuíés de la compra del 51% de la financiera de El Corte Inglíés, como adelantó El Confidencial. Si ese momentum continúa, no deberí­a tener problemas para colocar el 20% de Santander UK a lo largo de 2014. En cuanto a la cuestión regulatoria, es cierto que se ha visto perjudicado por la adaptación de las nuevas normas internacionales de solvencia en Reino Unido (uno de los paí­ses con reglas más estrictas), pero no hay ninguna incertidumbre: va a ser así­.

En consecuencia, la explicación de este aplazamiento indefinido hay que buscarla en otro sitio. Según las fuentes consultadas, esta reside en la mala evolución del negocio del banco en Gran Bretaña, evidenciada en las cuentas del grupo del año pasado (el beneficio en ese paí­s bajó el 10,5% y el margen neto se desplomó un 25,5%) y de lo que llevamos de este: caí­da del 9,2% del beneficio a pesar de la reducción de provisiones (-31%) y del frenazo a la caí­da del margen (-9,1%).

En los citados encuentros con analistas, la filial ha ofrecido unos objetivos muy ambiciosos: rentabilidad sobre recursos propios (ROTE) del 13-15%, ratio de eficiencia por debajo del 50%, ratio críéditos/depósitos por debajo del 130% y core capital superior al 10,5% en 2015. Pero la consecución de todos ellos depende básicamente de que suban los tipos de interíés en Reino Unido, un escenario acorde con la recuperación económica pero sujeto a enormes riesgos, cuando menos de dilación. De hecho, su escenario es una subida de 1,50 puntos en el tipo del Banco de Inglaterra hasta finales de 2015, cuando el mercado espera sólo 0,60 puntos.

Las aspiraciones de Ana Patricia se enfrí­an

Más allá de las causas del nuevo aplazamiento (inicialmente la OPV se iba a realizar en 2011), la gran perjudicada de la decisión es Ana Patricia Botí­n. La operación la pondrí­a en primera lí­nea de la atención de los medios y los analistas e inversores de la City, a los que podrí­a vender la salida a bolsa como la culminación de su buena gestión al frente de la filial tras superar grandes obstáculos como la desconfianza en Gran Bretaña hacia las entidades españolas, la necesidad de integrar diferentes redes, el atraso tecnológico de las mismas, las dificultades de un sistema financiero que depende mucho menos de la banca que el de Europa Continental, las nuevas reglas de solvencia, etc.

Y esa serí­a su gran oportunidad para salvar las reticencias actuales de los grandes fondos presentes en el capital del Santander a su designación como sucesora de Emilio Botí­n al frente del banco. Ahora, esta oportunidad tendrá que esperar al menos dos años a priori, salvo que las cosas mejoren mucho más rápido de lo que prevíé el propio banco (algo que nunca se puede descartar).
Finalmente, tambiíén hay otra lectura positiva de esta decisión. El Santander ha sido acusado de una gran debilidad en su estructura de capital por importantes analistas internacionales como JP Morgan. Y renunciar a los cerca de 3.500 millones que obtendrí­a con la OPV de Santander UK supone una demostración de fuerza, es decir, de confianza en su capacidad para cumplir las exigencias de Basilea III por sus propios medios, algo que requiere que el Gobierno alcance un acuerdo satisfactorio en Bruselas para salvar los DTA (activos fiscales diferidos) y no tener que restarlos de los fondos propios. De lo contrario, no sólo el Santander, sino la práctica totalidad de la banca española, necesitará ampliar capital.