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Autor Tema: El Canal de Panamá acusa a Sacyr de falta de control de calidad en las obras  (Leído 180 veces)

Eguzki

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El consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) trata de llegar a un acuerdo con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) que evite la paralización de las obras la semana que viene. Pero mientras las partes negocian acuerdos parciales y fórmulas de financiación, las espadas siguen en alto. Los grandes puntos de desacuerdo siguen sin resolverse y parecen ir camino del arbitraje. Tras las explicaciones de Sacyr en las que acusaba de los problemas con el lodo, el basalto y el hormigón de la obra a los defectos del pliego de licitación, el Canal contraataca. En un comunicado remitido a EL PAíS, la ACP responsabiliza al consorcio de los problemas y llega a acusarle de “falta de control de calidad adecuado”, mientras que el grupo español responde que los trabajos han sido “impecables”.

El grueso de los sobrecostes de las obras de ampliación del Canal de Panamá viene de tres factores: la construcción de la ataguí­a o presa provisional, las propiedades del basalto y las especificaciones del hormigón, según explicó Sacyr a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Con respecto a la ataguí­a, Sacyr aseguraba que la información de la ACP decí­a que se podí­a cimentar a 6 metros bajo el nivel del mar, pero habí­a lodos que hubo que dragar, se tuvo que cimentar a 13 metros bajo el nivel del mar y la ataguí­a fue más ancha y alta de lo previsto. La ACP replica que su reclamación de 120 millones de dólares fue rechazada por la Junta de Resolución de Disputas (DAB, por sus siglas en inglíés), que concluyó que la ataguí­a no es una estructura de las nuevas esclusas, sino que fue construida por decisión de GUCP como parte de su metodologí­a de trabajo. Añade que la información sobre las condiciones de terreno y dragado estaba incluida en el pliego y que el contrato establecí­a que esas condiciones fí­sicas eran responsabilidad del contratista.

A su vez, Sacyr replica que la resolución de la DAB tuvo un voto discrepante en contra y recuerda que el caso ha pasado a un arbitraje internacional en Miami. Tambiíén subraya que la ataguí­a es una obra imprescindible para la construcción de las esclusas, prevista en el proyecto y en la oferta e insiste en que la información geológica y geotíécnica facilitada por la ACP fue incompleta e incorrecta.
Sacyr reclamó otros 497 millones de dólares porque el basalto de las excavaciones del lado del Pací­fico no serví­a para el hormigón a utilizar en las esclusas, en contra de lo que decí­an los documentos de la licitación, según su versión. La ACP rechazó la reclamación en mayo de 2013. En el comunicado remitido a EL PAíS, el Canal dice que dejó claro el tipo de basalto que se encontrarí­a en el área, pero que el consorcio debí­a probarlo antes de comprar su planta para saber quíé tipo de equipo debí­a utilizar en el proyecto. “Esa era su responsabilidad. El contrato claramente establecí­a que la ACP no era responsable de garantizar que el basalto fuera el adecuado o el necesario para utilizar en el proyecto. En ninguna parte del contrato se indica que le correspondí­a a la ACP garantizar el tipo de basalto que se encontraba en el área. Era responsabilidad de GUPC seleccionar y procesar el material de la manera más adecuada para que cumpliera con los requerimientos de la ACP”.

La razón de los problemas, según el Canal, es que por “la falta de control de calidad adecuado GUPC contaminó el basalto durante las perforaciones y voladuras iniciales, ya que no lo segregó, como sugiere la práctica”. “A partir de que comenzaron a excavar el material de la manera correcta no ha tenido problema y continúan utilizándolo”, añade la ACP, que subraya que el consorcio ha utilizado en la construcción de las nuevas esclusas el basalto encontrado en el área, incluyendo los componentes finos, “contradiciendo su propio argumento contra el material”.
Sacyr insiste en que la información facilitada por la ACP durante la fase de oferta determinaba expresamente la utilización del basalto procedente de las excavaciones de la obra como fuente para la fabricación de los áridos del hormigón. Asegura que la “incorrecta información ha provocado a GUPC grandes sobrecostes y retrasos en la ejecución de la obra debido a la búsqueda y explotación de fuentes alternativas, tratamientos sofisticados para hacer utilizable el basalto y descarte de grandes volúmenes de material inadecuado”. Y concluye: “El control de calidad y la ejecución de la obra por parte de GUPC han sido en todo momento impecables, como atestiguan los documentos contractuales”.

El tercer gran problema en disputa es el hormigón. El Canal asegura que “las especificaciones del concreto [como se llama allí­ al hormigón] estaban claramente definidas en el contrato”, y que “el diseño de la mezcla de concreto no era aprobado o rechazado por la ACP, sino por el propio diseñador (designer of records) de GUPC”. Sacyr precisa que el problema no está en las especificaciones, “sino en la interpretación unilateral de la ACP sobre la edad del hormigón a la que debí­an cumplirse”. Sacyr asegura que “el tiempo ha dado la razón a GUPC, pues las fórmulas inicialmente no aprobadas por la ACP han demostrado ser válidas”. Y que “el diseño, la fabricación y puesta en obra de un hormigón obligatoriamente sobredimensionado por las exigencias unilaterales de la ACP ha provocado fuertes sobrecostes y retrasos”.

Las dos partes se muestran dispuestas a defender su postura ante el DAB y en un arbitraje internacional, si es necesario. Todo apunta a que aunque se llegue a un acuerdo parcial para desatascar las obras, algo que interesa a las dos partes, el pleito del Canal de Panamá va para largo.